
17 de Septiembre del 2025.- El ejército israelí ha lanzado una ofensiva terrestre a gran escala en la ciudad de Gaza, un movimiento que ha intensificado el conflicto y generado una condena generalizada a nivel internacional. Esta incursión se produce después de un mes de ataques aéreos y bombardeos intensos, con Israel avanzando sobre lo que considera uno de los últimos bastiones del movimiento islamista palestino Hamás. Un responsable militar israelí confirmó el inicio de la ofensiva, señalando que están «avanzando hacia el centro» de la localidad. Esta escalada en la guerra ha encendido las alarmas de la comunidad internacional, que observa con preocupación el destino de los cientos de miles de civiles que aún se encuentran atrapados en la zona de conflicto.
Una condena internacional al avance en la guerra
La ofensiva israelí ha sido recibida con una fuerte ola de críticas. El jefe de derechos humanos de la Organización de Derechos Humanos, Volker Türk, ha exigido el fin de la «carnicería» en Gaza. Por su parte, Hamás ha descrito el asalto como un «nuevo capítulo en la guerra genocida y la limpieza étnica sistemática» contra la población palestina, pidiendo una respuesta internacional «a la altura de la escala de estas matanzas». Estas declaraciones subrayan la profunda división y el nivel de hostilidad que caracteriza este conflicto, donde cada bando utiliza su propio lenguaje para describir los eventos, reflejando la complejidad y la falta de consenso sobre las causas y consecuencias de la guerra.
Testigos oculares han descrito a la agencia de noticias Afp un «bombardeo intenso e implacable» sobre la ciudad, gran parte de la cual ya se encuentra en ruinas. Un residente de 25 años, Ahmed Ghazal, relató que «hay muchas personas atrapadas bajo los escombros y podemos oír sus gritos». En el barrio de al Tuffah, un residente llamado Abu Abd Zaqut lamentó que solo quedan escombros de un edificio residencial donde vivían unas 50 personas, incluyendo mujeres y niños. La guerra ha dejado una estela de destrucción y desesperación, con relatos de civiles que intentan sobrevivir en medio de los escombros y el constante peligro.
El ministro de Defensa israelí, Israel Katz, ha sido claro en sus intenciones, afirmando que la ciudad de Gaza ha quedado «en llamas» y que no se dará marcha atrás «hasta que se cumpla la misión». Este endurecimiento de la postura israelí se produce en un momento crucial, con el respaldo de Estados Unidos, cuyo secretario de Estado, Marco Rubio, ha respaldado el objetivo de erradicar a Hamás. La guerra se presenta como una misión que debe ser completada a toda costa, sin importar el costo humano o la devastación que cause en la zona, lo que genera aún más incertidumbre sobre el futuro de la Franja de Gaza.
El portavoz de la Defensa Civil gazatí, Mahmud Basal, ha cifrado en 36 los muertos en el enclave este martes, aunque advirtió que el número «sigue aumentando». Estas cifras, difíciles de verificar de forma independiente debido a las restricciones a los medios de comunicación y las dificultades de acceso, ofrecen un panorama sombrío de la devastación humana causada por la guerra. El ejército israelí también ha extendido sus ataques a la ciudad sureña de Jan Yunis, lo que sugiere que la ofensiva no se limita únicamente a la capital de la Franja, sino que busca presionar a Hamás en múltiples frentes.
La guerra ha generado una crisis humanitaria sin precedentes en la Franja de Gaza, donde la población enfrenta escasez de alimentos, agua potable, medicinas y combustible. La infraestructura civil, incluyendo hospitales y escuelas, ha sido severamente dañada o destruida. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha alertado en repetidas ocasiones sobre el colapso del sistema de salud en el enclave, mientras que agencias de la ONU han pedido un alto el fuego inmediato para permitir la entrada de ayuda humanitaria y el rescate de los heridos. La guerra no es solo un conflicto militar, sino una catástrofe humana que requiere una respuesta coordinada y urgente de la comunidad internacional para mitigar el sufrimiento de los civiles.