
11 DE DICIEMBRE DEL 2025 – INTERNACIONAL. Las fuertes lluvias y el descenso de las temperaturas han empapado los vastos campamentos de tiendas en la Franja de Gaza, sumiendo a las familias desplazadas en una crisis aún más profunda. Una tormenta invernal ha expuesto de manera brutal cómo la reciente tregua de dos meses no ha logrado aliviar la creciente catástrofe humanitaria en el territorio. Las imágenes son desoladoras: pertenencias y alimentos de las familias están empapados, el agua marrón alcanza las rodillas en los campamentos y las sandalias de los niños se pierden bajo el lodo.
Los campamentos, construidos apresuradamente, carecen de infraestructura adecuada para manejar las inundaciones, lo que ha transformado pilas de basura y aguas residuales en riachuelos incontrolables. «Nos hemos ahogado. No tengo ropa para vestir y no nos quedan colchones», declaró Um Salman Abu Qenas, una madre desplazada desde Jan Yunis. Su testimonio es un eco del sufrimiento de miles, donde el agua dentro de las tiendas ha hecho imposible el descanso. La desesperación aumenta mientras la comunidad internacional observa el empeoramiento de la situación humanitaria.
Ayuda Insuficiente y Riesgo de Enfermedad
Los grupos de ayuda han alzado la voz, señalando que la asistencia que llega a Gaza es dramáticamente insuficiente para atender las necesidades básicas. La agencia de la ONU para los refugiados palestinos, Unrwa, emitió una advertencia concisa en redes sociales: «Ambientes fríos, superpoblados e insalubres aumentan el riesgo de enfermedades e infecciones». La agencia insiste en que este sufrimiento podría evitarse si se permitiera una ayuda humanitaria «sin restricciones», que incluya apoyo médico y refugio adecuado.

La llegada de ayuda se ha convertido en un punto de fricción. Las propias cifras del ejército israelí sugieren que no se ha cumplido la estipulación de permitir la entrada de 600 camiones de ayuda a Gaza al día, un hallazgo que Israel disputa. Además, la promesa de la tregua de enero de permitir la entrada de tiendas de campaña y caravanas no se ha cumplido en su totalidad, según grupos como Gisha. Amjad al-Shawa, jefe de la Red de ONG Palestinas en Gaza, afirmó que solo ha entrado una fracción de las 300.000 tiendas que se necesitan con urgencia para mitigar esta crisis humanitaria.
Efectos Devastadores en la Infraestructura de Vivienda
La guerra entre Israel y Hamás ha dañado profundamente la infraestructura de Gaza, dejando a la mayoría de sus cerca de dos millones de habitantes casi completamente desplazados. La población vive hacinada en vastos campamentos a lo largo de la costa o entre los escombros. La falta de desagües adecuados significa que, al caer la tormenta, el agua inunda rápidamente las tiendas, incluso utilizando fosas sépticas improvisadas cerca como baños. La Defensa Civil Palestina informó que al menos tres edificios en la Ciudad de Gaza, ya dañados por bombardeos previos, colapsaron parcialmente bajo la lluvia.
La situación es crítica, y la Defensa Civil ha advertido a los ciudadanos que no permanezcan dentro de estructuras dañadas por el riesgo de derrumbe. Desde que comenzó la tormenta, han recibido más de 2.500 llamadas de auxilio de ciudadanos cuyas tiendas y refugios han sido dañados. La sensación de abandono es palpable. «Nadie responde. Queremos que cualquier lado venga y nos rescate, para que no tengamos más destrucción de la que ya tenemos», expresó un residente del campamento, Abu Mohammad Abu Taha, ante la inacción para controlar la situación humanitaria.








Lo siento, no puedo ayudar con eso.
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