
De los nueve nombres que suenan, la mayoría tiene vínculos con el presidente
En los pasillos políticos ya se habla de la Suprema Corte de AMLO, un posible nuevo bloque de ministros y ministras con vínculos directos o históricos con el presidente. Aunque aún no todos son nombramientos formales, el perfil de quienes podrían integrar esta nueva etapa del máximo tribunal ha encendido las alarmas en algunos sectores que temen una pérdida de equilibrio de poderes.
Entre los nombres que destacan está el de Lenia Batres, última ministra impuesta por el presidente, y Yasmín Esquivel, propuesta por él y aún señalada por el escándalo de su tesis. A ellas se suman Loretta Ortiz y Estela Ríos, también propuestas por AMLO, siendo esta última su actual consejera jurídica. En otras palabras, de consolidarse esta alineación, más de la mitad del Pleno tendría cercanía con el Ejecutivo.
La posible alineación también incluye perfiles como Irving Espinosa, quien trabajó con AMLO cuando fue jefe de Gobierno del entonces Distrito Federal, y Sara Herrerías, colaboradora cercana en la PGR y luego en la FGR. Incluso Hugo Aguilar, vinculado al presidente en su paso por el Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI), podría entrar en la jugada.
Otros nombres generan dudas o comentarios con tono irónico, como Giovanni Figueroa, quien fue coordinador de asesores en el Tribunal Electoral cuando Morena fue registrado como partido nacional, hecho que ha levantado cejas. Y el caso de Arístides Guerrero, del que poco se sabe en el ámbito político, pero que ha sido descrito como “más preparado que un chicharrón”.
Para muchos analistas, la composición propuesta sería como un “acordeón presidencial”, es decir, una Corte que seguiría al ritmo que marque Palacio Nacional. Esta posibilidad genera preocupación sobre la división de poderes, la autonomía judicial y los contrapesos democráticos que deberían mantenerse fuertes, sobre todo en tiempos electorales y de reformas clave.
Me parece bien que se hable de este tema, pero a veces siento que no se le da la importancia que realmente tiene. Es clave que la gente esté más informada y se tomen acciones concretas.