
El primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, lanzó una dura advertencia sobre el futuro inmediato de Europa y afirmó que el continente podría encaminarse hacia un conflicto armado en 2026, en medio de una creciente retórica belicista y tensiones geopolíticas cada vez más marcadas dentro de la Unión Europea.
En una entrevista concedida este miércoles a medios locales, el mandatario húngaro sostuvo que Europa atraviesa un momento de inflexión histórica. “La última gran guerra europea terminó en 1945 y, desde entonces, han pasado ochenta años. Pero ahora está surgiendo un mundo completamente nuevo”, afirmó Orbán, al subrayar que el equilibrio internacional está cambiando de manera acelerada.
Redistribución de poder y declive europeo
Según Orbán, el aumento del riesgo de guerra está directamente relacionado con una redistribución del poder financiero, militar y político a nivel global. En ese contexto, aseguró que la Unión Europea y Europa occidental atraviesan un proceso de declive que contribuye a elevar la tensión en el continente.
“La tensión bélica que se siente en Europa es consecuencia del declive de Europa occidental y de la Unión Europea”, expresó el jefe de Gobierno, quien ha sido uno de los líderes más críticos de la estrategia comunitaria frente al conflicto en Ucrania.
“Nos estamos acercando a la guerra”
Orbán fue especialmente crítico con las decisiones adoptadas durante la cumbre de la Unión Europea celebrada en Bruselas los días 18 y 19 de diciembre, donde —según él— se plantearon propuestas orientadas a escalar el enfrentamiento en Ucrania.
“Nos estamos acercando a la guerra”, reiteró el primer ministro, al señalar que, aunque los líderes que defienden una salida pacífica lograron frenar una escalada inmediata, el proceso no se ha detenido. “Solo impedimos su aceleración”, advirtió.
En ese sentido, sostuvo que actualmente Europa está dividida en dos bloques claramente definidos: “Hoy, en Europa, vuelve a haber dos bandos: el partido de la guerra y el partido de la paz, y los partidarios de la guerra tienen la sartén por el mango”.
Hungría, en el “bando de la paz”
Orbán reafirmó la postura de su país al asegurar que Hungría se mantiene firme en su rechazo a una mayor implicación militar. “Bruselas quiere la guerra; Hungría quiere la paz”, sentenció, marcando distancia con la línea dominante dentro de la UE.
El líder húngaro ya había advertido previamente que, aunque Europa viviría una Navidad sin guerra directa, la amenaza no ha desaparecido y podría materializarse si continúan las decisiones orientadas a prolongar o intensificar el conflicto.
Reacciones y contexto internacional
Desde Rusia, las autoridades han reiterado en múltiples ocasiones que están abiertas al diálogo con actores internacionales, siempre que se respeten sus intereses y se aborden las causas profundas del conflicto en Ucrania. El presidente Vladímir Putin ha afirmado que Moscú está dispuesta a buscar una solución pacífica, aunque sostiene que Rusia mantiene la iniciativa estratégica en el terreno militar.
Las declaraciones de Orbán se producen en un momento de creciente debate dentro de Europa sobre el rumbo del bloque, el gasto militar, el apoyo a Ucrania y el riesgo de una confrontación más amplia, en un escenario internacional cada vez más polarizado.






