8 DE SEPTIEMBRE DEL 2025- INTERNACIONAL. El presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, ha elevado la presión sobre Israel al anunciar un paquete de nueve medidas para condenar la ofensiva en Gaza. En una contundente comparecencia, Sánchez calificó la situación como un genocidio, haciendo eco de las palabras de la relatora de la ONU, Francesca Albanese. «Esto no es defenderse, es exterminar», afirmó Sánchez, distanciando la respuesta de Israel de una legítima defensa. El mandatario acusó al gobierno de Netanyahu de bombardear hospitales y matar de hambre a niños inocentes, en un claro quiebre con la postura de otros líderes occidentales. Con estas medidas, España busca perseguir a los responsables y presionar al primer ministro israelí para aliviar el sufrimiento del pueblo palestino.
Las acciones de España: de un embargo de armas a la prohibición de entrada
Entre las medidas más destacadas se encuentra la aprobación de un decreto ley para imponer un embargo de armas a Israel de manera permanente y legal. Aunque España no es un proveedor significativo de armamento para Israel, la acción tiene un fuerte valor simbólico y busca sentar un precedente para otras naciones europeas. Sánchez reconoció que el embargo por sí solo no detendrá la ofensiva, pero destacó que su gobierno no dejará de intentarlo. Además, se prohibirá la entrada a España a cualquier persona que haya participado directamente en el genocidio en Gaza, la violación de derechos humanos y los crímenes de guerra.
Esta serie de medidas ha provocado una respuesta inmediata y airada por parte de Israel, que prohibió la entrada al país a dos ministras españolas y acusó al gobierno de Sánchez de llevar a cabo una campaña «antiisraelí y antisemita». En respuesta, el Ministerio de Exteriores español llamó a consultas a su embajadora en Tel Aviv, afirmando que España «no se dejará intimidar en su defensa de la paz, el derecho internacional y los derechos humanos». Este cruce de declaraciones marca un momento de alta tensión diplomática entre ambas naciones, evidenciando la escalada del conflicto en el ámbito político internacional.
Las medidas anunciadas también abordan la situación en Cisjordania, con la prohibición de importar productos que provengan de los asentamientos israelíes, considerados ilegales bajo el derecho internacional. Esta acción busca frenar el crecimiento de estas ocupaciones y mantener viva la esperanza de una solución de dos estados. Además, se limitarán los servicios consulares para los ciudadanos españoles residentes en dichos asentamientos. En un gesto humanitario, el gobierno de España también aumentará su ayuda a la Autoridad Palestina y a la UNRWA, la agencia de la ONU para los refugiados palestinos.
El paquete de medidas refleja la posición de España como un actor internacional comprometido con la defensa de los derechos humanos y el derecho internacional. Aunque la solución definitiva al conflicto de Israel y Palestina está fuera del alcance de un solo país, la postura de España busca generar conciencia y presionar a la comunidad internacional para que actúe. La crítica de Sánchez a las «grandes potencias» que, según él, han caído en la indiferencia o la complicidad, resalta la necesidad de un liderazgo global que se enfrente a la tragedia humanitaria en Gaza.
El paquete de medidas anunciado por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, es la culminación de un proceso que ha venido evolucionando en la postura de España sobre el conflicto en Oriente Medio. Desde el inicio de la ofensiva israelí, España ha expresado su preocupación por la situación humanitaria en Gaza, pero esta es la primera vez que se emplean términos tan contundentes como «genocidio» y se anuncian medidas de presión tan directas. Este cambio de enfoque representa un nuevo capítulo en la política exterior española, que busca posicionarse como una voz de liderazgo en la defensa de los derechos de la población civil palestina y en la búsqueda de una solución pacífica y justa al conflicto.
