29 DE OCTUBRE DEL 2025 – INTERNACIONAL. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha denunciado con horror el asesinato de más de 460 pacientes y acompañantes en el Hospital Materno Saudí de Al Fasher, una ciudad en el norte de Darfur, Sudán. Este crimen tuvo lugar después de que la ciudad fuera tomada el pasado fin de semana por las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR). El director general de la agencia, Tedros Adhanom Ghebreyesus, expresó la profunda conmoción de la organización ante estas muertes.
Este grave incidente en el hospital de Sudán se suma a una lista creciente de ataques verificados contra la red sanitaria sudanesa desde el inicio del conflicto. En los dos años y medio de enfrentamiento entre el Ejército y las FAR, la OMS ha documentado al menos 185 ataques contra centros de salud, resultando en 1.204 muertos y 416 heridos, incluyendo pacientes y personal sanitario.

La agencia de la ONU ha sido enfática en su llamado: estos ataques «deben detenerse de forma inmediata e incondicional». El director Tedros Adhanom Ghebreyesus recordó a las partes en conflicto que «todos los pacientes, trabajadores de la salud e instalaciones sanitarias deben ser protegidos por el derecho internacional humanitario». El hecho de que se ataque un hospital constituye una grave violación a estos preceptos.
Crímenes de Guerra y Motivación Étnica
El asalto al hospital se enmarca en la violenta toma de Al Fasher por parte de las FAR, tras un asedio de año y medio que concluyó con la rendición del Ejército sudanés. Sin embargo, los crímenes de las fuerzas paramilitares no se limitan al recinto médico. Un día antes de la denuncia de la OMS, Naciones Unidas ya había alertado sobre la ejecución sumaria de civiles que intentaban huir de la ciudad.
La Oficina de la ONU para los Derechos Humanos ha señalado que muchas de estas ejecuciones podrían tener una motivación étnica. Los intensos bombardeos a la ciudad entre el 22 y el 26 de octubre, que precedieron a la toma de Al Fasher, también causaron la muerte de numerosos civiles, incluidos trabajadores humanitarios voluntarios, lo que evidencia un patrón de violencia extrema contra la población.

El crimen en el Hospital Materno Saudí es un punto de inflexión en la brutalidad del conflicto. El asesinato de personas indefensas, que se encontraban buscando refugio o atención médica, subraya la degradación de la guerra y la falta de respeto por las leyes internacionales. Este hecho, junto con los ataques previos y las detenciones de trabajadores sanitarios, pinta un panorama desolador de la crisis humanitaria en Darfur.
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