
El panorama político de Kenia ha sido sacudido por la trágica noticia del fallecimiento de Raila Odinga, una de sus figuras más influyentes y persistentes. El líder opositor y cinco veces candidato presidencial murió a la edad de 80 años mientras se encontraba en India, a donde había viajado para recibir tratamiento médico. Fuentes oficiales en ambos países confirmaron que Odinga, conocido popularmente como «Baba» (papá en suajili) y figura central de la etnia luo, sufrió un colapso repentino.
La policía del estado indio de Kerala explicó que Odinga «se derrumbó de repente» en la calle durante una caminata matutina y fue trasladado de urgencia a un hospital local en Koothattukulam. A pesar de los esfuerzos médicos, fue declarado muerto. Hospitales en la India mencionaron que la causa probable fue un paro cardíaco. La noticia de la muerte de Raila Odinga no solo ha conmocionado a sus seguidores, sino que ha provocado una ola de reacciones en todo el continente africano, reconociendo su inquebrantable lucha por la democracia.
Un Legado de Lucha Incesante por la Democracia

La vida de Raila Odinga es sinónimo de la turbulenta historia de Kenia, marcada por la transición del régimen de partido único a una democracia multipartidaria. Hijo del primer vicepresidente de Kenia, Jaramogi Oginga Odinga, el líder opositor soportó largos periodos de cárcel y exilio durante la presidencia autocrática de Daniel Arap Moi (1978-2002). Su activismo y su papel en la política de la oposición lo convirtieron en un «gigante de la democracia», tal como lo calificó el actual presidente William Ruto.
Su perseverancia se manifestó en sus cinco candidaturas fallidas a la presidencia (en 1997, 2007, 2013, 2017 y 2022). Aunque nunca alcanzó la presidencia, el peso político de Raila Odinga siempre fue indiscutible. De hecho, tras las polémicas elecciones de 2007, que desencadenaron una violencia tribal con más de 1,100 muertos, él asumió el cargo de Primer Ministro (2008-2013) en un gobierno de unidad nacional, un acuerdo mediado por la comunidad internacional para restaurar la paz en el país.
Reacción Nacional y Duelo Oficial
El anuncio de la muerte de Raila Odinga generó escenas de profundo dolor en Nairobi, donde cientos de simpatizantes se congregaron frente a su residencia, gritando su apodo, «Baba». La jefa de protocolo de Odinga expresó el sentimiento general: «¿Cómo vamos a sobrevivir sin él? Estamos conmocionados». Su partida deja un vacío inmenso en el movimiento opositor de Kenia.
El presidente de Kenia, William Ruto, actuó rápidamente, confirmando el fallecimiento y declarando un período de siete días de luto nacional. Durante este tiempo, la bandera keniana ondeará a media asta en todos los edificios oficiales. Ruto también anunció que Raila Odinga recibirá un funeral de Estado con todos los honores, y se ha conformado un comité de coordinación para los preparativos, lo que subraya la magnitud de la figura política que ha perdido la nación.
El Contexto Médico en India
Un valor agregado a esta noticia es la razón de su viaje. Raila Odinga no estaba en India solo de visita. El líder keniano había viajado específicamente para recibir tratamiento médico, incluyendo terapias ayurvédicas en el estado de Kerala, conocido por sus centros de medicina tradicional. El hospital Sreedhareeyam Ayurvedic Eye Hospital confirmó que Odinga se encontraba bajo tratamiento, una práctica que ya había utilizado antes, notablemente para ayudar a su hija mayor a recuperar la visión tras un daño en el nervio óptico en 2017. Esto indica que su viaje a India estaba directamente relacionado con una búsqueda de soluciones médicas alternativas para sus problemas de salud.
La muerte de Raila Odinga en el extranjero, a pesar de sus problemas de salud recurrentes, cierra un capítulo crucial en la política de Kenia. El hombre que se convirtió en una voz incansable contra la injusticia y un faro para el multipartidismo ha partido, dejando tras de sí un legado de desafíos electorales, servicio público como Primer Ministro y un profundo impacto en la conciencia política de Kenia.
Su trayectoria, marcada por la resiliencia y la capacidad de unir a las diferentes etnias para su causa, ha sido un motor de cambio. Incluso en los últimos años, Raila Odinga intentó postularse para la presidencia de la Comisión de la Unión Africana, demostrando que su ambición de servicio y su influencia trascendían las fronteras de Kenia. Su fallecimiento repentino obliga a una reestructuración inmediata de la oposición keniana.