29 DE OCTUBRE DEL 2025 – INTERNACIONAL. Se cumple un doloroso aniversario en Valencia, España, que recuerda la catástrofe sin precedentes que vivió la región hace un año. El 29 de octubre de 2024, una Depresión Aislada en Niveles Altos, mejor conocida como DANA, desató lluvias torrenciales que se tradujeron en inundaciones devastadoras. Los números de la tragedia son escalofriantes: 229 personas perdieron la vida y dos siguen aún desaparecidas, dejando una herida profunda en la comunidad valenciana y enormes destrozos materiales.
Este fenómeno meteorológico, la DANA, se caracteriza por ser una zona de bajas presiones que se «aísla» del flujo de vientos normal. Esto provoca que, en lugar de moverse rápidamente, el sistema de tormentas se quede quieto sobre una misma región. El resultado es una lluvia persistente y extremadamente intensa que cae durante varios días seguidos, como ocurrió en este caso, donde la cantidad de agua caída superó la capacidad de drenaje y causó el desastre.

La Devastación de la DANA en Imágenes
Las consecuencias del paso de la DANA por Valencia fueron de una magnitud épica. Las calles se convirtieron en ríos incontrolables que arrastraron vehículos, las casas quedaron completamente anegadas y repletas de lodo, y la infraestructura vital, como puentes y avenidas, sufrió una destrucción total. Las fotografías de David Ramos, que muestran el antes y el después de estos lugares, son un testimonio gráfico del poder destructivo de este tipo de fenómenos.
La respuesta humana a la emergencia fue inmediata y masiva. Miles de trabajadores de servicios de emergencia, junto con personal militar, se movilizaron para llevar a cabo desesperadas labores de búsqueda y rescate en Valencia y sus alrededores. A ellos se unieron cientos de residentes y voluntarios de toda España, quienes se dedicaron a las arduas tareas de limpieza, retirando escombros y lodo, mostrando una solidaridad inquebrantable frente a la adversidad de la DANA.
Un Camino Lento Hacia la Recuperación
Un año después, la recuperación de la costa del levante de la Península Ibérica avanza, pero el rastro de la DANA sigue siendo visible. Si bien la limpieza del lodo ha terminado y las avenidas principales han sido reparadas, las consecuencias humanas y materiales persisten. Familias enteras tuvieron que rehacer su vida desde cero, enfrentando la pérdida de seres queridos y de su patrimonio.
Las imágenes comparativas, que contrastan la desolación de hace un año con el estado actual, revelan el esfuerzo de una comunidad por ponerse de pie. Sin embargo, la reconstrucción emocional y la de ciertas infraestructuras dañadas requieren un tiempo mucho mayor. La tragedia de la DANA se ha convertido en un sombrío recordatorio de la vulnerabilidad de las zonas costeras ante el aumento de la intensidad de los fenómenos climáticos extremos.

El Debate sobre la Prevención y el Urbanismo ante la DANA








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