Y luego de una Línea 7 del Metro de la CDMX descompuesta, un tráfico insoportable con dirección al poniente de la ciudad y un calor que ya comienza a ser insoportable, este Sopibecario logró llegar al Museo Jumex para dar un recorrido por la nueva exposición de Damien Hirst, el artista británico famoso por conservar enormes tiburones y vacas en tanques cristalinos, aunque acá, en esta reseña, les contamos que no todas sus obras son éstas.
¿Quién rayos es Damien Hirst?
Un poquito de contexto antes que nada: Como ya les contábamos acá, Damien Hirst es un artista originario de Bristol, Inglaterra que llamó por primera vez la atención de la comunidad artística inglesa en 1988, cuando creó y fue curador de la exposición colectiva Freeze durante su segundo año en Goldsmiths, la escuela de arte de la Universidad de Londres.
Tres años después, en 1991, ya era uno de los artistas más importantes en todo el mundo, principalmente por su famosa obra “The Physical Impossibility of Death in the Mind of Someone Living” o “La imposibilidad física de la muerte en la mente de alguien vivo”, la cual es un tiburón tigre de unos 1.21 metros, conservado en un tanque con una sustancia conocida como formaldehído.
Ya para 1995, Hirst ganó el Premio Turner de la Tate Britain, el galardón más importante de arte contemporáneo en Reino Unido.
La exposición vista por un simple mortal
La exposición “Damien Hirst. Vivir para siempre (por un momento)”, en el Museo Jumex, está conformada por tres salas, en las cuales se muestran 57 obras que el artista británico creó desde 1986 hasta 2019. Sí, desde pinturas y esculturas, hasta instalaciones de grandes dimensiones.
En la sala 3, que es donde comienza la exposición, están algunas de sus pinturas conformadas por varios puntos de colores, una serie de cacerolas coloridas y también unos cubos parecidos a unos legos instalados en una esquina superior, justo arriba de una cámara de seguridad que parece estar observándote mientras intentas entender por qué están colocados hasta ese rincón.
Después están las dos estrellas de la muestra: dos grandes tiburones sumergidos en una sustancia conocida como formaldehído; uno de cuerpo entero, y otro partido a la mitad, por lo que en este último se puede observar su esqueleto y órganos. Y no son los únicos animales, pues igual hay cuatro ovejas (una sólo es la cabeza), un gabinete con insectos disecados, otros con peces, y unos más con objetos médicos.
Ya para acabar, hay un globo blanco flotando entre cuchillos y un escritorio vacío dentro de una pecera parecida a la de los tiburones. Pero bajando a la sala 2, encontramos otros pequeños tiburones, una vaca y un becerro partidos a la mitad, tres patos y una paloma que parece estar congelada en pleno vuelo. Aunque lo que se lleva la atención aquí son las obras formadas por cientos de mariposas de diferentes colores.
Igual hay una pintura giratoria, una que son tres imágenes al mismo tiempo y que cambia con ayuda de un mecanismo parecido al de los antiguos anuncios publicitarios, así como un cenicero gigante en el que hay miles de colillas sin terminar.
Ya para acabar, en la sala 1 de la exposición de Damien Hirst, nos topamos con una calavera cubierta de diamantes rodeada por cuadros de flores rosadas, las cuales se miran bien con las jacarandas que tiene el Museo Jumex de fondo.
Y obvio no hay que olvidar la enorme figura de una mujer embarazada que nos recibe al entrar al museo.
Damien Hirst es arte…
Las obras son impresionantes; es la verdad. Y es que es imposible que dos tiburones, una vaca de cuerpo completo y unas ovejas metidas en enormes tanques no llamen tu atención al menos por un momento.
Ni qué hablar de los asombrosos cuadros tapizados de cientos de mariposas coloridas que están geométricamente colocadas para que quedes maravillado con las formas alucinantes que crean.
Peeero… estas obras tienen un significado, no solamente quieren atraer las miradas y dejarte con la boca abierta. Damien Hirst ha pretendido durante toda su carrera representar con sus creaciones la manera en que los humanos intentamos evitar la muerte, ya sea a través de la ciencia, la religión, la naturaleza, la riqueza y, obviamente, con el mismísimo arte.
Sí, y de manera un tanto irónica, este artista originario de Bristol nos enseña que a pesar de que queremos no pensar en la muerte, ésta ya está incrustada en la cultura popular, en el cine, en las series, en las novelas y también, claramente, en su arte.
Lo bueno y lo malo
Primero las cosas que no nos gustaron: No hay señalizaciones claras sobre los límites que no puedes cruzar. Y lo sabemos, tampoco es que puedas tocarlas o casi, casi estrellarte en ellas, pero principalmente en las instalaciones de gran tamaño no se entiende bien hasta dónde puedes estar parado.
Igual, si eres de los que les gusta tomar fotos o videos de las exposiciones para presumirlas en tus redes sociales, toma en cuenta que con la iluminación todo se refleja, y que no puedes grabar con tu celular (en varias ocasiones a este Sopibecario lo regañaron). Aunqueee… hay algunos guardias que no te dicen nada por hacerlo. Un poco confuso, la verdad.
Y lo bueno… Pues que es la ocasión perfecta para conocer el arte de Damien Hirst y que tendrán la oportunidad de hacerlo hasta el próximo 25 de agosto de este 2024, por lo que pueden agendar su visita sin broncas y armar un plan para ir con sus amigas y amigos, con sus parejas, o solitos.
Eso sí, las entradas para no hacer fila cuestan 200 pesotes en línea, entonces tómenlo en cuenta y ahorren un poquito si es que quieren visitar esta exposición en el Museo Jumex, al cual pueden llegar caminando desde el Metro San Joaquín (sí es un ratito así), o en un camión que sale afuera del Metro San Cosme.
Acá les dejamos todos los datos necesarios si es que quieren ir:
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