Una noche hace unos 20 años, el barco pesquero de Augusto Mayorga, un panameño que ahora tiene 54 años, se volcó en medio de un fuerte oleaje frente a las costas de Punta Chame, un pequeño poblado situado en el litoral Pacífico de Panamá.
En el barco también estaba su hermano. El vuelco de la embarcación dejó a Mayorga hundido bajo los paños de redes de pesca. Y fue cuando, aseguró a EFE este domingo en medio de la música alegre de las fiestas de la Virgen del Carmen, que la vio, allí mismo.
“Yo estaba debajo de los trasmallos. Yo la vi. Me salvó. Hay mucha gente que dice que no, pero yo la vi y me salvó”, sostiene Mayorga, sin un atisbo de duda, sobre su experiencia con la Virgen del Carmen, mientras otros compañeros convalidan con sus cabezas y comentarios esta historia.
Los milagros de la Virgen del Carmen reverberan este domingo a lo largo del pueblo, que se viste de los colores de las flores y los aromas de la comida típica para pasear, tanto por las pocas calles de Punta Chame como por su costa azul oscuro en barco, a la santa patrona de los marinos y pescadores que celebran su día.
Para Ramón Molina, un pescador de 51 años nacido en Honduras de padres panameños, tampoco hay duda de que “la Virgencita” lo salvó años atrás a él y a la tripulación del remolcador en el que viajaban hacia México de morir en una terrible tormenta, “de 85 nudos” o 157 kilómetros por hora.
“Ya nos dábamos por perdidos, porque una tormenta de 85 nudos en un barco chico, remolcador … Era una locura cómo el agua subía y entraba por ese barco por todos lados y salía, cómo bañaban las olas ese barco, como un pedazo de papel”, recuerda aún con emoción este hombre, que comenzó en este duro oficio de la pesca a los 15 años.
Y es entonces cuando “el capitán, 100 % creyente de la Virgencita, dice ‘hermano, no se preocupe que vamos con ella’. Y así fue. Sobresalimos de esa tormenta y seguimos adelante y aquí estamos todavía. Llegamos a México sanos y salvos”, afirmó Molina.
FLORES FRESCAS Y VENERACIÓN PARA LA VIRGEN
La señora Doris Damaris Álvarez, 60 años y con 35 viviendo en Punta Chame, es una de las encargadas desde hace años de organizar la fiesta de la Virgen del Carmen en esta comunidad costera, muy visitada todo el año por turistas internos y extranjeros por sus playas.
Cada 16 de julio “queda muy bonita la fiesta. Somos tres señoras que organizamos la festividad”, que consiste en pasear “bien adornadita” a la Virgen del Carmen, tanto por el pueblo como por la costa.
“Este 2023 se cumplen 80 años que se celebra nuestra señora de la Virgen del Carmen aquí. Con el tiempo fue viniendo mucha gente, y fueron poniendo la iglesia más bonita, más grande. También se ha cambiado la imagen: una que se pasea en el mar y la otra que se pasea por las calles del pueblo”, precisó Álvarez.
Jorge Henry Tuñón, un panameño de 44 años, es quien tiene el “privilegio, el honor de, desde hace más de 25 años, año tras año”, de adornar con flores frescas y otros elementos a la Virgen del Carmen en Punta Chame.
“Mis ancestros me lo inculcaron, mi madre me lo inculcó y aquí lo hacemos con amor. Uno pone el 100 % de mente y de corazón. El ánimo, la entrega, uno trata de transmitirla al máximo. Porque somos del pueblo y la Virgen nos inspira”, dijo Tuñón a EFE.
Todo el proceso de decorar la Virgen se inicia más o menos un mes antes del 16 de julio. El arreglo de las flores, que llegan al pueblo el 15 de julio, toma alrededor de 7 a 8 horas, añadió.
“Las flores siempre son naturales” y eso se siente en el pueblo, donde se mezclan sus aromas con los del pescado frito y el sancocho, entre otros manjares típicos, y también los barcos de la colorida y nutrida procesión marina.