La Ciudad de México cuenta con gran cantidad de construcciones que son consideradas como joyas de la arquitectura. Casonas coloniales, palacios de estilo europeo y cientos de otros tantos inmuebles que son verdaderos tesoros. Un ejemplo de esto lo podemos encontrar en la historia del primer elevador que llegó a la CDMX; un aparato que transformó el siglo XX.
Fue en 1890 que llegó este primer elevador a México y sería instalado nada menos que en el suntuoso Castillo de Chapultepec. Otis Elevator Company lo construyó y su instalación también estuvo a cargo de la Compañía Mexicana de Electricidad. Hoy ya no está en funcionamiento, pero permanece como una pieza que marcó la historia del país y de toda Latinoamérica.
Los primeros elevadores eran lentos, su recorrido era de 12 metros por minuto. Hoy son veloces y de lo más común en cualquier edificio que tenga más de 4 pisos de altura. Don Porfirio habitó el Castillo de Chapultepec desde 1886 y encargó la instalación de luz eléctrica en el lugar, así como un telégrafo y el lujoso elevador hidráulico que sube hasta el alcázar desde el pie del Cerro del Chapulín.
Los primeros elevadores del mundo
Otis Elevator Company es la primer empresa que se encargó de construir elevadores seguros. Creada por el inventor norteamericano Elisha Graves Otis, instaló el primer elevador para personas en un hotel de cinco pisos de Broadway, en Nueva York, en 1857. Después aparecerían en Londres y París.
Los edificios con elevador eran considerados como los más lujosos de aquella época. Surgió una gran demanda de estos nuevos aparatos, sobre todo en la industria hotelera. Elisha Otis patentó un sistema de seguridad que evita la caída de los elevadores en caso de que falle su sostén principal. Hoy su empresa es la más importante en cuanto a elevadores y escaleras eléctricas en el mundo.
La era del porfiriato
Porfirio Díaz llegó a ser muy criticado y visto como un tirano por muchos. Su gobierno duró 30 largos años gracias a que manipuló las elecciones y entregó tierras agrícolas del país a grandes latifundistas. Su largo gobierno, entre otros factores, desató el conflicto de la Revolución Mexicana.
Pero no podemos decir que no se encargó de embellecer la Ciudad de México con obras como el Palacio de Bellas Artes, el Teatro Juárez, el Palacio Postal o el Paseo de la Reforma, entre muchas otras, además de que marcó un estilo europeizado en muchas de las construcciones de la época.
El célebre elevador del Castillo de Chapultepec
Díaz también se encargó de implementar la tecnología que llegó con la era de la Revolución Industrial. Y así trajo el primer elevador a México, el que sería para su uso personal en su residencia del Castillo de Chapultepec. Además del famoso elevador que sube al alcázar, también se instaló otro destinado al servicio interno.
El sistema hidráulico de este elevador se compone de una gran maquinaria. Este tipo de sistema lo inventó el ingeniero escocés Richard Dudgeon, que también creó gatos hidráulicos y un vehículo de vapor. Así, este aparato se encargó de facilitar el ascenso de don Porfirio, su familia y sus allegados hasta la punta del cerro. Era lo más adelantado de la época.
Para llegar a este elevador hay que entrar por un túnel que está en la base del Cerro del Chapulín, en lo que originalmente era una caverna natural. Ahí todavía se conserva parte de la maquinaria que lo hacía funcionar y se puede conocer en una visita guiada.
Después de este primer elevador o ascensor, Porfirio Díaz mandó traer en 1904 uno más para el Hotel Imperial de Veracruz, que también se conserva con sus bellos adornos y herrajes de estilo europeo.
El hermoso Castillo de Chapultepec
Como sabemos, el célebre Castillo de Chapultepec está en la Primera Sección del Bosque de Chapultepec, en la cima del Cerro del Chapulín que en realidad es un volcán extinto, y su historia viene desde la época virreinal. Sirvió también como residencia para el Emperador Maximiliano y como sede del Heroico Colegio Militar durante la intervención norteamericana.
En la actualidad es el Museo Nacional de Historia. Conserva su arquitectura y muchas reliquias del pasado, además de ser un monumento nacional que puede ser visitado por quien quiera dar un viaje por la historia de la CDMX.
Ahí conoceremos el primer elevador que llegó a la CDMX, pero si queremos subir al castillo tenemos que hacer una larga caminata desde la puerta de los leones del bosque que está sobre Av. Reforma, pero el paseo de seguro se volverá placentero.
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