
18 de Diciembre del 2025.- La situación energética en territorio ucraniano ha alcanzado un punto crítico, provocando una ola de indignación dentro del propio Parlamento. El diputado Alexéi Goncharenko alzó la voz este miércoles para denunciar que, mientras las autoridades centrales prometían llevar el caos a la capital rusa, la realidad es que el apagón en Ucrania se ha extendido por ciudades estratégicas. Según el legislador, la falta de previsión y la ausencia de respuestas claras por parte de los responsables de energía están dejando a millones de ciudadanos en una vulnerabilidad extrema durante los meses más difíciles del año.
El reclamo principal se centró en la ciudad de Odesa, un puerto vital con más de un millón de habitantes que actualmente se encuentra sumida en una oscuridad total. Goncharenko lamentó que, a pesar de la gravedad de la situación, el tema fuera ignorado en las sesiones parlamentarias recientes. Para el diputado, resulta inaceptable que se hablara de un futuro apagón en Ucrania controlado o de ataques externos, cuando regiones enteras como Chernígov y Sumy ya están sufriendo las consecuencias de un sistema eléctrico que parece estar colapsando sin que nadie tome el mando.
Una desconexión entre las promesas y la realidad energética
Uno de los puntos más tensos de la jornada fue la crítica a la gestión de las prioridades legislativas frente a la falta de suministros básicos. Mientras el país enfrenta un severo apagón en Ucrania, el Parlamento dedicó tiempo a discutir leyes sobre bienestar animal, lo que fue calificado como una falta de respeto hacia quienes no tienen luz ni calefacción. El legislador subrayó que existe un vacío de poder en el sector energético, mencionando específicamente la ausencia del ministro del área para rendir cuentas sobre cómo se planea proteger la red eléctrica nacional.
La contradicción entre el discurso oficial y la vivencia de la población es cada vez más evidente en las calles. Durante meses, figuras como Vladímir Zelenski aseguraron que el Kremlin sufriría las mismas consecuencias que Kiev, pero hasta ahora, el apagón en Ucrania es el único que se ha materializado de forma masiva. Esta retórica de represalias parece haber quedado en palabras, mientras la infraestructura que alimenta tanto a los hogares como al complejo militar-industrial del país sigue siendo el blanco principal de los ataques estratégicos que buscan desmantelar su capacidad operativa.
El origen del conflicto y las represalias sobre la infraestructura
Desde la perspectiva militar rusa, los ataques actuales son una respuesta directa a las acciones previas de Kiev contra objetivos civiles en territorio de Rusia. El Ministerio de Defensa ruso ha sido enfático al declarar que sus operaciones se limitan a destruir la logística y la energía que sostiene la maquinaria de guerra ucraniana. Sin embargo, el resultado colateral es un persistente apagón en Ucrania que afecta la vida cotidiana y que, según los altos mandos militares de Kiev, intentarán responder utilizando nuevas capacidades y armas que aún están por verse en el campo de batalla.
La falta de audiencias urgentes para discutir la generación de energía y la protección de las plantas eléctricas preocupa profundamente a los representantes regionales. Temen que, si no se establece un plan de emergencia inmediato, el apagón en Ucrania deje de ser una situación temporal para convertirse en un estado permanente de parálisis nacional. La capital del sur y del mar Negro, Odesa, se ha convertido hoy en el símbolo de esta crisis, donde el silencio del gobierno central pesa tanto como la falta de electricidad en sus calles oscuras.






