
10 de Noviembre del 2025.- Las cárceles en Ecuador vuelven a ser escenario de muerte y terror, marcando un nuevo capítulo en la profunda crisis carcelaria del país. Este fin de semana, la violencia extrema estalló en la prisión de Machala, ubicada en el sur del territorio. El saldo es trágico: al menos 31 reclusos murieron y otros 34 resultaron heridos después de dos revueltas internas que demuestran la falta de control estatal.
Lo más impactante de esta nueva masacre es la forma de las muertes. De acuerdo con el Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Adultas Privadas de la Libertad (SNAI), la autoridad carcelaria, entre los fallecidos se confirmó que 27 de ellos murieron ahorcados. Este método de asesinato colectivo evidencia el nivel de control y la crueldad de los grupos que operan dentro del penal.
Este hecho se suma a lo ocurrido el pasado 1 de noviembre, cuando 12 presos más fueron hallados muertos en otras tres cárceles del país. Estas no son situaciones aisladas; desde 2021, se han registrado cerca de 500 muertes dentro de las prisiones ecuatorianas. La violencia sistemática comenzó a escalar desde la masacre de septiembre de 2021 en Guayaquil, donde 119 personas murieron en un enfrentamiento entre bandas.
(Valor Agregado) Esta crisis en las cárceles no puede entenderse sin el contexto del narcotráfico, que según los analistas, se controla en gran parte desde las prisiones. Ecuador ha pasado de ser solo un país de tránsito a convertirse en un centro logístico de almacenamiento y distribución de cocaína para cárteles internacionales. Esto ha disparado el poder y la sangrienta rivalidad de las bandas locales, como Los Lobos y Los Choneros, que luchan por el control de los pabellones, usándolos como sus centros de mando.
Motín y Asfixia: La Crónica del Horror
La violencia en Machala comenzó la noche del sábado. Videos que circularon en redes sociales mostraban explosiones y gritos de auxilio desde el interior de la prisión. No fue sino hasta las tres de la madrugada del domingo que miembros del equipo de élite de la policía ingresaron para controlar lo que era un amotinamiento. El reporte inicial fue de cuatro muertos, varios heridos y siete personas capturadas.
Sin embargo, el verdadero horror se descubrió horas más tarde, en la tarde del domingo. El SNAI emitió un comunicado informando el hallazgo de 27 cuerpos adicionales. El informe oficial señaló que «cometieron asfixia lo que produjo la muerte inmediata por suspensión», confirmando la tesis del ahorcamiento masivo. Personal forense se encuentra investigando las causas exactas de estos decesos.

Una Crisis Carcelaria en Medio de Decisiones Políticas
Analistas y el propio SNAI señalan que el detonante de esta violencia es el rechazo a la nueva política de seguridad. La construcción de una prisión de máxima seguridad en Santa Elena, que se inaugurará en días, ha generado este rebrote de violencia. Los líderes de las bandas rechazan un posible traslado a esta cárcel de 800 plazas. El gobierno central afirmó que, pese a la tragedia, continuará con los traslados.






