
En los últimos días, Kylie Jenner ha generado revuelo al parecer “traicionar” a miembros de la familia Kardashian a través de una publicación en Instagram. Durante una sesión de fotos para su nueva línea Khy x HYDRA, Jenner compartió una imagen en la que posa junto a un gato Bengal, provocando comentarios de Khloé Kardashian. Khloé escribió que sus propios gatos estaban molestos, diciendo: “Gray kitty and baby kitty are fuming! That’s rude!”
Aunque todo parece haber sido en tono humorístico, la reacción de Khloé y la respuesta de Kylie han dividido opiniones: algunos ven esto como una broma familiar típica, mientras otros creen que hay una línea del respeto personal que se cruza cuando uno involucra símbolos tan personales como sus mascotas sin aclarar contexto. Kylie respondió rápido, diciendo “Noooo i love them !!!”, para aclarar que no hay resentimiento alguno.
Un aspecto interesante es cómo los animales de compañía, en este caso los gatos, se han convertido en parte visible de la imagen pública de los famosos. Khloé Kardashian tiene a Grey Kitty y Baby Kitty, quienes ya ocupan un espacio en redes sociales casi tan relevante como los hijos o los accesorios de moda. Desde su introducción, los felinos no solo han sido parte del hogar, sino también del entretenimiento digital.
Otro punto que suma al interés del asunto es que hubo una acusación previa hacia Khloé por “facetuning” al rostro de Grey Kitty en una foto del Día de San Valentín de 2024, lo que causó burlas y comentarios de seguidores. Esto demuestra que los seguidores de celebridades están muy atentos a cada detalle, incluso aquellos que muchos considerarían menores, como lo es la edición de fotos de mascotas.
Impacto mediático y percepción pública
Desde un punto de vista mediático, el incidente revela lo mucho que importa la imagen pública de los famosos, incluso en lo que parece trivial. Para algunos, Kylie “traicionó” parcialmente la privacidad sentimental de Khloé al usar un gato similar en una producción comercial sin aclarar que no era uno de los gatos de Khloé. Aunque ella lo corrigió rápidamente, el público muestra cómo reaccionan ante percepciones de deslealtad o desconsideración.
Las redes sociales amplifican este tipo de situaciones cotidianas. Lo que en otra época hubiera sido solo una charla privada entre hermanas, hoy se convierte en titulares, memes, opiniones divididas. A pesar de que Khloé y Kylie parecen llevar buena relación, este episodio encendió debates sobre los límites de lo que es “hacer uso” del símbolo de otro para fines comerciales o de marketing.
Para entender mejor esta situación, conviene recordar que en la cultura de las celebridades actuales, los animales de compañía suelen convertirse en extensiones de la identidad pública. No es raro que se utilicen mascotas para generar empatía, mostrar sensibilidad o incluso reforzar una imagen de ternura en campañas o productos. En ese sentido, lo que aparentemente es una “traición” detectada por fans puede interpretarse también como una estrategia comercial inadvertida, más que un desaire intencional.
Además, investigaciones recientes muestran que los seguidores de redes sociales dan muchísimo valor al “autenticismo”: que quienes siguen a una persona sientan que lo que ven “es real” y no solo una imagen manipulada. Cuando personas como Khloé creen que sus mascotas han sido implicadas sin permiso, se percibe una ruptura de ese lazo de confianza con el público. Kylie reaccionó rápido para minimizar daño.