La llamada “cancha de los dioses” está nada menos que en el cráter de un volcán de la alcaldía Xochimilco.
Y es que el futbol es un deporte versátil. Para jugarlo sólo hacen falta una pelota, un buen campo o una calle sin tráfico, palos o cualquier objeto que delimite la portería.
Por eso, esta cancha resulta única, ya que tiene más de 60 años de ofrecer buenos partidos, aunque no es un lugar muy conocido de la CDMX.
La cancha es El Teoca es un volcán extinto y está entre los límites de Xochimilco y Milpa Alta.
Su cráter está a más de 2700 metros sobre el nivel del mar y antiguamente era un centro ceremonial y un observatorio astronómico. Su fuego se extinguió hace ya miles de años.
Tiene un increíble ambiente boscoso y el aire a esas alturas es puro y refrescante, ideal para cargarse de energía, aunque también puede ser todo un reto para los jugadores debido a la altura y la falta de oxígeno.
Hay que destacar que aunque su cancha tiene poco pasto, cuenta con las dimensiones necesarias para dar partidos de nivel profesional.
El futbol en el cráter del Teoca
Aquí en medio del volcán se juega la liga Santa Cecilia que cuenta con 10 equipos inscritos que todos los domingos juegan se disputan un trofeo.
Estos torneos se establecieron desde hace más de 60 años. Varias generaciones han disputado intensos partidos en el cráter extinto de este volcán.
Antes de la pandemia, jugaban ahí 22 los equipos de los pueblos de la región. Había incluso jugadores de otros países de Sudamérica.
Por su parte, aunque no hay gradas para los espectadores, decenas y decenas de gente van para apoyar a sus equipos favoritos cada fin de semana.
Antes del futbol, el espacio de la cancha se ocupaba para la siembra, hasta que por fin se decidió aplanar el terreno y tener encuentros totalmente reglamentarios para los equipos de los distintos clubes de los pueblos de Xochimilco como San Bartolo, San Andrés, San Mateo o San Lucas y así promover la sana convivencia entre la gente de los alrededores.
Futbol de tradición
Ya es toda una tradición subir por las veredas del Teoca para llegar hasta la cancha y presenciar un gran partido de futbol. La subida a pie es de 18 kilómetros desde el Museo Arqueológico de Xochimilco, aunque también hay un camino para que suban los automóviles.
El campo de juego es un orgullo para los habitantes del pueblo de Santa Cecilia Tepetlapa, un lugar donde se practica el deporte siempre en una sana convivencia. En la zona también hay canchas de basquetbol, gimnasios y hasta asadores para pasar la mañana y la tarde en un buen ambiente familiar.
Cada domingo, ya que se disipa la niebla, se preparan las redes de las porterías metálicas y se marca la cancha con cal. No puede faltar un puesto de antojitos y bebidas refrescantes. La vista es impresionante desde las alturas y un bosque espeso rodea la cancha del cráter del volcán. El Teoca también es un buen sitio para practicar el senderismo e integrarse con la naturaleza.
El Teoca, un volcán con cancha en la CDMX
Dicen que el nombre Teoca viene de “Teocalli”, casa de dios, aunque también se dice que significa “asiento de los dioses”. El volcán no presenta antecedentes de erupción y lo que fue un centro ceremonial para favorecer las cosechas, un lugar para ver las estrellas y los astros y después un sembradío para los habitantes de la zona, es hoy un lugar dedicado a los encuentros deportivos.
El Teoca es un Área Natural Protegida y es uno de los ocho volcanes que hay en la CDMX. Dicen que varios clubes profesionales de futbol han querido comprar la cancha del volcán, pero los habitantes de Santa Cecilia prefieren conservarla como un patrimonio cultural muy suyo.
¿Dónde está el Teoca con su “cancha de los dioses”?
Para llegar a esta cancha de fútbol hay que ir por la carretera de Santa Cecilia Tepetlapa para después tomar la carretera Santa Cecilia – San Bartolomé, en la que está la entrada al lugar. El ingreso a la cancha es gratuito y toda la afición está invitada para presenciar los encuentros que se juegan en el cráter del volcán, que está abierto de las 7 am a las 6 pm. En el Teoca una buena cascarita está a la orden del día y es toda una celebración.