Diversos vientos tempestuosos se sienten en el planeta, poniendo en riesgo la paz y la estabilidad global.
El conflicto entre Rusia y Ucrania sigue sin resolverse, y hay crecientes preocupaciones de que el dictador Vladimir Putin pueda lanzar pronto una nueva ofensiva militar contra otro país.
El enfrentamiento entre Israel y Hamas sigue escalando, a pesar de los esfuerzos internacionales para contener la violencia entre ambos lados.
En el Reino Unido, un primer ministro laborista de tendencia izquierdista ha asumido el poder, mientras que en Italia, Giorgia Meloni, una figura de extrema derecha, enfrenta desafíos en sus primeros meses de gobierno.
En América, la situación no es mejor; mientras la izquierda domina en naciones clave como Chile, Colombia y México, la derecha ha tomado el control en Argentina y parece estar en camino de recuperar el poder en Estados Unidos.
Simultáneamente, las ominosas dictaduras de Cuba, Nicaragua y Venezuela se mantienen firmes, atravesando las etapas más críticas en términos de economía, democracia y cultura.
En México, se anticipa una transición de poder que parece ser pacífica y armoniosa; sin embargo, los ciudadanos están lidiando con las consecuencias de la inflación y la inseguridad que parecen no tener fin.
La atención mundial se centra actualmente en la contienda presidencial en Estados Unidos, que se ha convertido en un escenario lleno de sorpresas.
Poco después del atentado contra el candidato republicano Donald Trump, se produce la inesperada renuncia del presidente Joe Biden a participar en la contienda del partido demócrata.
Una dimisión que, aunque esperada hasta cierto punto, sorprendió a muchos en Estados Unidos debido a que se dio en un domingo, después de que Biden declaró reiteradamente que no se retiraría de la pelea.
Además, la imagen debilitada de Biden en su más reciente discurso televisivo ha generado rumores intensos sobre su posible salida no solo de la carrera presidencial, sino también de la Casa Blanca, dejando el camino libre para la vicepresidenta Kamala Harris, quien se perfila como la candidata del partido demócrata.
En los meses venideros, podríamos presenciar una situación peculiar en la contienda electoral estadounidense; por un lado, un presidente saliente que no aportará mucho a las aspiraciones de Kamala, quien a la vez continuará en su papel de vicepresidenta mientras realiza actividades de campaña a nivel nacional.
Es decir, no será una candidata presidencial dedicada a tiempo completo y, al mismo tiempo, no contará con el apoyo de un presidente enérgico que la respalde políticamente.
Kamala Harris recibió un gran impulso de popularidad al contar con el apoyo de Biden, aunque algunos líderes demócratas como Barack Obama y las bases del partido no acogieron su “destape” con el mismo entusiasmo. Este fue percibido más como una imposición que como una elección auténticamente abierta y democrática por parte de los afiliados del partido.
Ante este escenario, no es descabellado contemplar la posibilidad de que Biden renuncie para instalar a Harris en la Casa Blanca, brindando así confianza a los votantes sobre las capacidades de la actual vicepresidenta.
Sería un movimiento político arriesgado, pero los demócratas parece que están listos para tomar cualquier medida que frene el regreso de Trump a la presidencia.
Además, la situación se complica para el político neoyorquino, quien había conseguido una ventaja considerable en las encuestas tras el mal desempeño de Biden en el primer debate televisivo y el atentado en Pensilvania.
Trump ahora es el candidato más viejo y de pensamientos conservadores, que tal vez serán desafiados con éxito por Kamala, cuya imagen fresca y dinámica podría atraer a los votantes jóvenes y de minorías, quienes serán fundamentales el primer martes de noviembre.
La contienda electoral apenas comienza, mientras el mundo avanza sobre terrenos inestables; habrá que estar muy atentos.
Noticia final…
Kimberly Cheatle dimitió de la dirección del Servicio Secreto de Estados Unidos unas horas después de reconocer que “el intento de asesinato contra el expresidente Donald Trump es el fallo operativo más significativo de esta agencia en décadas”. Esto nos recuerda los acontecimientos del 23 de marzo de 1994 cuando el Estado Mayor Presidencial nunca asumió la responsabilidad en el asesinato de Luis Donaldo Colosio; hubiera sido lo más sensato y beneficioso para un país que estaba convulsionado en aquel entonces.— Hermosillo, Sonora.
jhealy1957@gmail.com
Periodista
Esta nota José Santiago Healy: Apenas se inicia la guerra apareció primero en Diario de Yucatán.