Jammie Booker, quien había sido coronada como la World’s Strongest Woman 2025 (La Mujer Más Fuerte del Mundo 2025), ha sido oficialmente despojada de su título tras una revisión de las reglas del torneo. La organización del evento tomó la decisión de descalificar a Booker al comprobarse que no cumplía con una norma clave de participación: la exigencia de que todos los competidores deben participar basándose en el sexo biológico registrado al nacer.
La descalificación de Booker generó una inmediata controversia en el mundo de los deportes de fuerza, poniendo una vez más en el centro del debate la participación de atletas transgénero en categorías femeninas. Tras la determinación de la organización, que revisó la documentación y el cumplimiento de las políticas internas, se hizo efectiva la anulación de su victoria y de todos los récords asociados a su actuación en la competencia.
Aplicación de la Norma y el Nuevo Resultado
La regla en cuestión establece que, para asegurar una competencia justa y equitativa en la categoría femenina, la participación está restringida a atletas cuyo sexo biológico sea femenino desde el nacimiento. El incumplimiento de esta directriz por parte de Jammie Booker llevó a su despojo del título y de la medalla de oro, un procedimiento que, aunque polémico, se adhirió estrictamente al reglamento preestablecido del torneo.
Como resultado directo de la descalificación, el título de World’s Strongest Woman 2025 fue reasignado. Andrea Thompson, quien había quedado en la posición inmediata inferior a Booker, fue declarada la nueva y legítima campeona del prestigioso evento. Thompson es una figura reconocida en el mundo del strongwoman y ahora se posiciona nuevamente en la cima de la disciplina tras la decisión de la organización.
Reacciones y Futuro de la Regulación
Este incidente no solo reescribe el historial del torneo de 2025, sino que también intensifica la presión sobre las organizaciones deportivas para definir o clarificar de manera inequívoca sus políticas de inclusión y competencia. El debate sobre el sexo biológico versus la identidad de género en el deporte de élite, especialmente en disciplinas que dependen altamente de la fuerza y la masa muscular, sigue siendo uno de los temas más divisivos a nivel global. La decisión del World’s Strongest Woman es un precedente significativo que probablemente influirá en otros deportes de fuerza y resistencia.
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