29 DE OCTUBRE DEL 2025 – INTERNACIONAL. El alto el fuego en la Franja de Gaza ha quedado en serio peligro después de que el Ejército israelí relanzara sus ataques en el territorio. La oficina del primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, ordenó reanudar ataques «potentes» de inmediato, acusando a la milicia islamista Hamás de violar el acuerdo alcanzado hace pocas semanas. La Protección Civil de Gaza, controlada por Hamás, reportó que al menos 33 personas murieron en una oleada de ataques israelíes en Ciudad de Gaza, Jan Yunis y az-Zawaida, marcando una fuerte escalada de violencia.
La decisión de Israel se basa en dos acusaciones principales. La primera es que Hamás atacó a soldados israelíes desplegados en Gaza. La segunda, y más simbólica, es que un ataúd entregado por Hamás con supuestos restos de un rehén del 7 de octubre, no contenía el cadáver de ninguno de los secuestrados. El ministro de Defensa, Israel Katz, prometió que Hamás «pagará un alto precio» por lo que Israel califica como una «clara violación» del acuerdo de cese de hostilidades.

Por su parte, Hamás respondió que Israel está «fabricando falsos pretextos como preparación para dar nuevos pasos agresivos» en Gaza, pero aseguró que mantiene su compromiso con el alto el fuego. El grupo armado acusa a Israel de obstruir los esfuerzos para recuperar los cadáveres de los rehenes y de los caídos en los meses de guerra en Gaza, pidiendo a los mediadores que permitan a los organismos internacionales realizar sus tareas humanitarias.
El Desmoronamiento de un Acuerdo «Histórico»
La reanudación de los ataques en Gaza amenaza con derrumbar la primera fase del plan de paz del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que contenía 20 puntos y fue celebrado como un logro «histórico». El acuerdo preveía la liberación de rehenes vivos y la entrega de restos de los muertos, a cambio de la retirada de las tropas israelíes de extensas zonas de Gaza y la liberación de prisioneros palestinos.

El vicepresidente de Estados Unidos, JD Vance, restó importancia a la ruptura, asegurando que «el alto el fuego se mantiene», a pesar de las «pequeñas escaramuzas». Sin embargo, Turquía, uno de los países mediadores, acusó a Israel de «violarlo abiertamente» y le reclamó que respete el cese de los combates. El plan, presentado con gran pompa en El Cairo, parece no haberse estabilizado, con las fuerzas israelíes atacando objetivos en Gaza y Hamás alegando dificultades para localizar los restos de los rehenes.
Las acusaciones de Israel se han vuelto más específicas, hablando de un «plan de engaño deliberado» por parte de Hamás. Autoridades israelíes afirman que el último cuerpo entregado por Hamás era en realidad el de un cadáver recuperado en Gaza hace dos años. Además, imágenes de drones militares parecen mostrar que Hamás simuló una excavación para hacer creer que había recuperado el cuerpo, el cual había sido enterrado superficialmente antes.

El anuncio de los nuevos ataques israelíes generó pánico en Gaza. Testigos en Ciudad de Gaza y Jan Yunis reportaron que las calles se vaciaron de inmediato al conocerse la noticia. La gente se apresuraba a regresar a sus casas o carpas antes de la llegada de los aviones. Al caer la noche, las tiendas cerraron antes de lo habitual y los milicianos de Hamás se retiraron de los controles de carretera.
La Presión del Liderazgo Político y la Búsqueda de Rehenes
La orden de reanudar los ataques con fuerza por parte de Netanyahu podría estar motivada no solo por las supuestas violaciones de Hamás, sino también por una creciente presión interna en Israel para recuperar a los rehenes. Seis meses antes, un alto el fuego anterior también colapsó después de que Netanyahu lo justificara como respuesta a la «repetida negativa a liberar» a los secuestrados. La frustración por la incertidumbre del destino de los rehenes, y la aparente manipulación de la situación por Hamás, intensifican la presión sobre el liderazgo israelí para mostrar resultados, incluso a costa de la tregua mediada por Trump.
 
			 
			




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