
Objetivo: Basij y Guardia Revolucionaria
Israel ha iniciado una operación directa para desestabilizar la estructura de poder de Irán, centrando sus ataques en el corazón del aparato de seguridad de la República Islámica. El ministro israelí Katz, tras reunirse con el jefe del Estado Mayor, Eyal Zamir, declaró que es momento de golpear a todos los símbolos del régimen, especialmente al Basij, la fuerza paramilitar fundada por el ayatolá Ruholá Jomeini en 1979.
Esta estrategia busca desmantelar las bases de poder que sostienen al régimen, incluida la poderosa Guardia Revolucionaria. Aunque al inicio de los bombardeos el primer ministro Benjamin Netanyahu insistía en que el objetivo principal era el programa nuclear iraní, las declaraciones de su gabinete han dejado claro que ahora Israel apunta a un cambio de régimen.
Amenazas abiertas contra Alí Jamenei
La tensión ha escalado a tal punto que funcionarios israelíes no descartan el asesinato del líder supremo de Irán, Alí Jamenei, como parte de su estrategia para acabar con la resistencia de Teherán. Katz afirmó que los recientes avisos a la población de Teherán para evacuar masivamente buscan reforzar la disuasión frente a los ataques de misiles lanzados por Irán contra territorio israelí.
Este nuevo frente militar intensifica la pugna entre ambos países y pone a la comunidad internacional en alerta. Expertos advierten que la caída o debilitamiento del régimen iraní podría provocar un vacío de poder que desestabilizaría aún más toda la región de Oriente Próximo.
Mientras tanto, Israel refuerza sus defensas internas ante posibles represalias. El Ejército ha elevado la vigilancia en puntos estratégicos y ha intensificado la cooperación con sus aliados, principalmente Estados Unidos, para evitar que Irán logre recuperar terreno o lanzar ataques de gran escala.