13-Agosto-2025.-Gaza City se encuentra bajo intensos ataques aéreos desde hace tres días, según informó la agencia civil de defensa administrada por Hamas. Las áreas residenciales de Zeitoun y Sabra han sufrido bombardeos y ataques con drones que han provocado destrucción masiva en hogares civiles, mientras los residentes no pueden rescatar a los muertos ni atender a los heridos. La situación ha generado un clima de miedo y desesperación entre la población.
En respuesta a la escalada, Reino Unido, Unión Europea, Australia, Canadá y Japón emitieron un comunicado advirtiendo que una hambruna se está desarrollando ante nuestros ojos y exigieron medidas inmediatas para facilitar la entrada de ayuda humanitaria a Gaza. Israel, por su parte, niega que exista hambre en el territorio y acusa a las agencias de la ONU de no recoger ni entregar la asistencia en las fronteras.
La ONU y la Organización Mundial de la Salud (OMS) han solicitado a Israel permitir el ingreso de suministros médicos esenciales para enfrentar la situación sanitaria, descrita como «catastrófica». Rik Peeperkorn, representante de la OMS en los territorios palestinos, explicó que los hospitales necesitan abastecerse rápidamente para atender a los pacientes que llegan en condiciones críticas, pero el flujo de ayuda sigue siendo insuficiente.
Mientras tanto, Israel ha votado para ocupar Gaza City, una medida que fue condenada en una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad de la ONU. El primer ministro Benjamin Netanyahu detalló un plan en tres pasos para aumentar la ayuda, incluyendo la creación de corredores seguros y más lanzamientos aéreos de suministros, pero en el terreno los residentes siguen sufriendo ataques intensos y constantes, sin señales de tregua.
Testimonios desde Gaza describen una situación devastadora. Majed al-Hosary, residente de Zeitoun, relató que los ataques eran tan fuertes que el suelo temblaba y las personas atrapadas bajo los escombros no podían ser rescatadas. Amr Salah, de 25 años, señaló que la artillería y los ataques aéreos parecían reiniciar la guerra, con múltiples casas impactadas y proyectiles cayendo en calles concurridas.
La violencia ha dejado un saldo de más de 1,300 muertos, incluyendo civiles en sitios de ayuda, y el hambre ya provoca muertes por desnutrición. Expertos respaldados por la ONU y el grupo internacional “The Elders” han calificado la situación como un «genocidio en desarrollo» y responsabilizan a Israel por la crisis humanitaria, advirtiendo sobre un potencial colapso social en Gaza si no se garantiza el ingreso de asistencia y alimentos.
