2 DE JULIO-En una nueva escalada de tensión #internacional, #Irán anunció este miércoles la suspensión de su cooperación con el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), en medio de una creciente disputa con Israel. La decisión se da después de una guerra de 12 días iniciada por bombardeos israelíes el pasado 13 de junio, lo que derivó en un alto al fuego promovido por Estados Unidos el 24 de junio. Al día siguiente, el Parlamento iraní aprobó una ley para frenar toda colaboración con la agencia nuclear de la ONU.
La medida fue ratificada por el Consejo de Guardianes y posteriormente promulgada por el nuevo presidente iraní, Masud Pezeshkian. El anuncio fue transmitido por la televisión estatal, remarcando que la decisión es parte de la respuesta al silencio del OIEA frente a los ataques israelíes y estadounidenses contra instalaciones nucleares iraníes. Esta ruptura de cooperación ha generado preocupación a nivel global, particularmente en la ONU, donde su vocero, Stephane Dujarric, pidió a Irán volver al diálogo y retomar su relación con el organismo.
El descontento de Irán con el OIEA se intensificó después de que el organismo aprobara el 12 de junio una resolución en la que acusaba a Teherán de no cumplir con sus compromisos nucleares. Las autoridades iraníes calificaron esa resolución como la «excusa perfecta» para justificar los bombardeos de Israel. Además, Teherán rechazó una solicitud del director del OIEA, Rafael Grossi, para inspeccionar las plantas afectadas por los ataques, alegando que su interés era malintencionado.
Por su parte, Israel, a través de su ministro de Relaciones Exteriores, pidió que se usen “todos los medios posibles” para frenar las ambiciones nucleares de Irán, y exigió a países europeos como Alemania, Francia y Reino Unido reactivar las sanciones. Mientras tanto, desde Irán se publicaron acusaciones graves contra Grossi, a quien un diario ultraconservador identificó como un supuesto espía israelí. Aunque no se han reportado amenazas directas, el clima de tensión ha llegado a niveles alarmantes.
El conflicto militar reciente entre Irán e Israel dejó un saldo de al menos 900 muertos en territorio iraní, según su poder judicial, y 28 víctimas en Israel. Estados Unidos se involucró directamente con bombardeos a instalaciones nucleares clave en Isfahán, Fordo y Natanz, lo cual el presidente Donald Trump calificó como un “éxito rotundo”, aunque aún no se ha verificado el alcance real del daño. La decisión iraní de romper con el OIEA puede tener consecuencias graves en materia de seguridad global.
El retiro de Irán del marco de cooperación con el OIEA plantea un escenario peligroso para la vigilancia internacional del desarrollo nuclear. La ruptura se da justo cuando crecen las sospechas sobre el avance de su programa atómico en secreto. Además, al rechazar las inspecciones y lanzar acusaciones sin pruebas contra el jefe del OIEA, Teherán debilita la transparencia en un tema tan delicado como el armamento nuclear. El conflicto también expone una creciente desconexión entre organismos multilaterales y gobiernos que priorizan su política interna sobre acuerdos globales. Si no se retoma el diálogo, la región podría ver una nueva carrera armamentista con impactos más allá del Medio Oriente.
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