
14 DICIEMBRE 2025-INTERNACIONAL- La incautación de petrolero en Irán volvió a colocar al país en el centro de atención internacional luego de que autoridades iraníes confirmaran la retención de un buque extranjero que transportaba cerca de seis millones de litros de diésel de contrabando. El hecho ocurrió este sábado 13 de diciembre en el mar de Omán y forma parte de los operativos permanentes para frenar el tráfico ilegal de combustible en la región.
De acuerdo con la información oficial, el petrolero incautado en Irán fue interceptado en aguas territoriales cercanas a la ciudad portuaria de Jask, en la provincia de Hormozgán. A bordo viajaban 18 tripulantes, quienes quedaron bajo custodia de las autoridades mientras se realizaban las investigaciones correspondientes sobre la carga y el origen de la embarcación.
El jefe del Poder Judicial de Hormozgán, Mojtaba Ghahramani, explicó que la operación se realizó tras detectar movimientos sospechosos del buque. Según la agencia Mehr, el barco navegaba sin documentos marítimos válidos, lo que levantó alertas inmediatas entre las fuerzas de seguridad marítima iraníes.
Uno de los elementos más relevantes del caso es que el petrolero tenía apagados de forma deliberada todos sus sistemas de navegación y equipos auxiliares. Este tipo de prácticas, comunes en el contrabando marítimo, busca evadir radares y controles internacionales, lo que refuerza la gravedad de la incautación de petrolero en Irán.
Las autoridades indicaron que los 18 tripulantes son de nacionalidad india, esrilanquesa y bangladesí. Sin embargo, no se dieron a conocer detalles sobre la nacionalidad del buque ni el destino final del cargamento, información que será clave para determinar la red detrás del petrolero incautado en Irán.

Este caso no es aislado. Irán ha reportado en varias ocasiones la captura de barcos extranjeros tanto en el golfo Pérsico como en el golfo de Omán por transportar combustible de contrabando. El tráfico ilegal se ha convertido en un problema recurrente debido a los subsidios internos al combustible y a la devaluación de la moneda, factores que hacen rentable su venta ilegal en otros mercados.
A finales de noviembre, la Guardia Revolucionaria iraní interceptó un buque con bandera de Suazilandia que transportaba 350 mil litros de diésel de contrabando en aguas del golfo Pérsico. Este antecedente refuerza la narrativa oficial sobre el aumento de operaciones contra redes que aprovechan las rutas marítimas de la región.






