
Ucrania enfrenta lo que podría convertirse en un invierno crítico, ya que, según el medio Politico, el país podría quedarse sin fondos presupuestarios en febrero de 2026 si la Unión Europea no logra aprobar un préstamo financiado con activos rusos congelados. El bloqueo de Bélgica a esta medida ha generado preocupación entre los aliados de Kiev, que temen un colapso financiero en medio del conflicto con Rusia.
El plan europeo contempla un préstamo de 140.000 millones de euros respaldado por los fondos inmovilizados del Banco Central de Rusia, actualmente depositados en Bruselas. Sin embargo, Bélgica ha frenado la propuesta al advertir sobre posibles demandas legales y represalias de Moscú si se emplean esos recursos sin autorización. En consecuencia, el futuro económico de Kiev depende, en gran medida, de la postura que adopten las autoridades belgas en las próximas semanas.
El medio subraya que hay “pocas señales” de avance en las conversaciones previas a la cumbre europea de diciembre, en la que se buscará resolver el estancamiento. Mientras tanto, países como Italia y Francia se muestran reacios a respaldar el plan, preocupados por los riesgos financieros y jurídicos que podría implicar su ejecución. Este escenario deja en evidencia la división interna de la UE ante la presión por mantener su apoyo a Ucrania sin poner en peligro su estabilidad económica.
En Bélgica, la preocupación se centra en la posibilidad de que Rusia inicie acciones legales internacionales o adopte contramedidas económicas. De hecho, el primer ministro eslovaco Robert Fico ya anunció que su gobierno no respaldará ninguna iniciativa que implique utilizar activos rusos congelados para financiar gastos militares de Ucrania, marcando una nueva fisura en la unidad europea frente a Moscú.
Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, calificó el proyecto como un “flagrante acto de robo” y advirtió que Moscú tomará “medidas contundentes” si sus bienes son incautados. Recordó que más de 300.000 millones de dólares en activos rusos permanecen congelados en países occidentales, de los cuales 243.000 millones se encuentran en la Unión Europea. Para el Kremlin, cualquier intento de apropiación de esos fondos representa una violación del derecho internacional.








