QUINTANA ROO – 23-OCT-2025- INTERNACIONALES. La escena tecnológica mundial se volcó hacia Argentina tras el impactante anuncio de Sam Altman, el CEO de OpenAI y creador de ChatGPT, sobre la instalación de un megacentro de datos en la Patagonia. Este proyecto, bautizado como Stargate Argentina, promete convertir al país sudamericano en un «centro de IA para toda América Latina», poniendo a la nación en el mapa mundial del desarrollo tecnológico. El anuncio de Altman, que se hizo viral en un video de apenas dos minutos, ha generado una ola de especulaciones y optimismo, especialmente dentro del Gobierno de Javier Milei, al que el emprendedor elogió por su visión sobre la Inteligencia Artificial como motor de crecimiento.
Las cifras que rodean esta iniciativa de Inversión son sencillamente colosales y la colocan como uno de los proyectos más ambiciosos de la región. Se habla de una inversión que podría alcanzar hasta 25.000 millones de dólares, una cifra que subraya la envergadura del proyecto. Además del capital, el centro de datos podría llegar a consumir hasta 500 megavatios de electricidad, una cantidad ingente de energía. La noticia fue recibida con gran entusiasmo por el Gobierno, e incluso el presidente de Nucleoeléctrica Argentina, Demian Reidel —quien impulsó la idea de convertir la Patagonia en un hub de datacenters—, expresó su emoción en redes sociales ante lo que considera una gran victoria.

Consumo de Recursos: La Inversión y el Impacto en la Patagonia
El proyecto Stargate plantea serias interrogantes debido a las necesidades específicas de los megacentros de datos. Este tipo de instalaciones tecnológicas, que requieren grandes cantidades de territorio para su despliegue, también demandan ingentes cantidades de energía y agua para su funcionamiento continuo y, sobre todo, para la refrigeración de sus miles de servidores. Mientras que a cambio, este sector no es un gran generador de empleo una vez finalizada la construcción, debido a su alto nivel de automatización, lo que genera dudas sobre el retorno social de una Inversión tan grande.
De hecho, el consumo de energía y agua por parte de los centros de datos es un tema de preocupación global. La Agencia Internacional de la Energía (IEA) estima que estos centros consumen el 1,5% de la electricidad mundial en 2024, y se espera que ese porcentaje se dispare. En cuanto al agua, las estimaciones sugieren que un centro de datos promedio puede consumir hasta 25 millones de litros al año, comparable al consumo de una ciudad pequeña. Este antecedente hace saltar las alarmas sobre el impacto de la Inversión en una región como la Patagonia, que enfrenta desafíos hídricos.

Desregulación y Socios Locales: Los Riesgos de la Inversión
El anuncio de esta multimillonaria Inversión de Sam Altman se produce en un momento de gran controversia política en Argentina. El Gobierno de Milei ha puesto su máximo esfuerzo en desregular al máximo las normativas sobre concesiones, privatizaciones y cuestiones medioambientales. En los últimos meses, se ha atacado la Ley de Glaciares y se han aplicado recortes en organismos clave de gestión hídrica, lo que hace temer que la protección del recurso hídrico no sea una prioridad, un factor de riesgo para la población local frente a las demandas de un datacenter.
Además, la envergadura del proyecto, que asciende a 25.000 millones de dólares, contrasta con el socio local anunciado: Sur Energy. Aunque Altman la mencionó como «una de las principales empresas energéticas del país», la realidad es que la compañía fue fundada hace poco más de un año y este sería su primer proyecto de esta magnitud. El socio local espera obtener la financiación gracias al compromiso de OpenAI de adquirir una determinada capacidad de cómputo por 15 o 20 años. Este panorama, con la falta de experiencia del socio en un proyecto de Inversión tan masiva, genera escepticismo sobre la materialización final del Stargate Argentina.








