
El Instituto Nacional Electoral (INE) determinó que el voto por internet aún no es una opción viable en México, al considerar que persisten deficiencias técnicas, riesgos de seguridad digital y vacíos legales que impedirían garantizar la certeza del sufragio. Aunque reconoce los avances tecnológicos, el órgano electoral decidió limitarse a realizar una prueba piloto en 2026 para personas en situación de postración y sus cuidadoras, como primer acercamiento controlado al voto remoto.
Durante la sesión de la Comisión de Organización Electoral, los consejeros coincidieron en que la implementación del voto por internet a gran escala requiere un andamiaje legal robusto y mecanismos de autenticación confiables. La propuesta de ensayo —que se realizaría en Coahuila durante los comicios locales de 2026— busca medir aspectos de seguridad, conectividad y logística antes de considerar una expansión nacional. De acuerdo con el INE, este ejercicio no tendrá efectos jurídicos vinculantes, pero sí servirá como base para futuras decisiones.
Los especialistas en seguridad electoral advirtieron que los principales desafíos siguen siendo la protección de la identidad del votante, la garantía de secreto del voto y la prevención de ciberataques. El propio Instituto reconoció que, en el contexto actual, ninguna infraestructura tecnológica en México puede asegurar al 100 % la inviolabilidad del proceso. Además, los costos asociados a desarrollar y mantener plataformas seguras resultan significativamente altos, por lo que se requiere una planeación presupuestal de largo plazo.
Representantes de los partidos Morena y PRI manifestaron su preocupación por la falta de un marco jurídico actualizado que regule el voto digital. Señalaron que, sin una reforma constitucional que defina los parámetros de verificación, transparencia y vigilancia, el ejercicio podría abrir la puerta a impugnaciones o fraudes. En contraste, algunos consejeros del INE destacaron que el piloto permitirá obtener datos reales sobre la viabilidad tecnológica y la confianza ciudadana en este tipo de procesos.
El informe técnico del Instituto concluye que es necesario “avanzar con prudencia”, ya que el voto por internet implica variables complejas como la autenticación biométrica, el cifrado de datos y la trazabilidad del sufragio, elementos que deben someterse a auditorías constantes e independientes. También enfatizó que el éxito del modelo dependerá de la educación digital y del acceso equitativo a la tecnología en todo el país, pues amplios sectores de la población aún carecen de conectividad estable.
Con este anuncio, el INE reafirma su compromiso de modernizar los mecanismos de participación sin poner en riesgo la legitimidad electoral. El ensayo en Coahuila será un primer paso simbólico en la búsqueda de un sistema más inclusivo, especialmente para personas con movilidad limitada o discapacidad. Sin embargo, la decisión también envía un mensaje claro: la modernización electoral no debe apresurarse a costa de la confianza ciudadana, un principio que ha sostenido la credibilidad de los procesos democráticos en México.








