
La inflación en México dio una señal alentadora al registrar una desaceleración, ubicándose en 3.63 por ciento a tasa anual durante la primera quincena de octubre de 2025. Este dato, revelado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), marca un punto importante en la trayectoria de los precios en el país, ofreciendo un respiro tras periodos de mayores presiones inflacionarias.
La cifra de 3.63 por ciento de inflación representa un descenso respecto al cierre del mes anterior y se acerca al rango objetivo establecido por el Banco de México (Banxico). Esta tendencia a la baja es crucial, ya que impacta directamente en el poder adquisitivo de las familias mexicanas y en las decisiones de política monetaria de las autoridades financieras.
Para entender el panorama completo, es necesario analizar los factores que contribuyeron a esta desaceleración. Generalmente, la desaceleración de la inflación puede deberse a una estabilización en los precios de los energéticos o a la moderación en los costos de algunos productos agropecuarios, que suelen ser volátiles y ejercen gran influencia sobre el índice general.
Indicadores Clave en la Inflación


Uno de los principales motores detrás del índice general de precios es la inflación subyacente, que excluye del cálculo los bienes y servicios con precios más volátiles, como los energéticos y los alimentos no procesados. Observar esta métrica es fundamental, pues da una idea más clara de la tendencia de los precios a mediano plazo y de si las presiones inflacionarias de origen interno están cediendo.
En el caso de esta lectura de octubre, si la inflación subyacente también muestra una tendencia a la baja, se confirmaría un panorama más sólido de control de precios. Esto se traduce en un menor riesgo de que la carestía se mantenga alta por un tiempo prolongado, lo que es vital para la estabilidad económica y la toma de decisiones tanto empresariales como gubernamentales.