
23 SEPTIEMBRE 2025-NACIONAL- El Instituto Nacional Electoral (INE) da un paso histórico hacia la modernización con su plan de transformación digital, que se concretará en 2027. Entre los cambios más destacados está la creación de una credencial para votar digital, diseñada como complemento a la mica impresa que actualmente identifica a todos los ciudadanos mexicanos. Esta innovación promete agilizar trámites y reducir la necesidad de acudir físicamente a los módulos.
La Comisión del Registro Federal de Electores aprobó recientemente la hoja de ruta de la transformación digital, que contempla siete proyectos de digitalización. Entre ellos se incluye un Sistema de Pre-Registro en Línea, que permitirá a las personas enviar documentación y datos de manera remota, disminuyendo tiempos de espera y la carga de trabajo en los Módulos de Atención Ciudadana.
El pasado 19 de septiembre, la Comisión Nacional de Vigilancia del Registro Federal de Electores ratificó el documento, consolidando los lineamientos para la transición hacia trámites digitales. Esta medida refleja un esfuerzo del INE por modernizar sus procesos y acercar los servicios a la ciudadanía, especialmente a quienes viven lejos de los centros de atención.
Sin embargo, la propuesta ha generado alertas entre los partidos de oposición, quienes advirtieron que no permitirán que los datos personales de los ciudadanos sean entregados al gobierno mexicano sin garantías de protección. Este señalamiento resalta la importancia de fortalecer la seguridad digital y la transparencia en el manejo de la información.

Seguridad y protección de datos
La digitalización de la credencial y del sistema de pre-registro debe contemplar medidas estrictas de protección de datos, cifrado de información y protocolos que eviten cualquier vulneración. Especialistas en seguridad informática señalan que la confianza de los ciudadanos dependerá de la capacidad del INE para resguardar sus datos y garantizar que el uso de la plataforma sea seguro.
La credencial digital podría facilitar futuras innovaciones en procesos electorales, como la posibilidad de emitir notificaciones electrónicas de participación, recordatorios de fechas importantes o incluso exploraciones futuras hacia un voto electrónico seguro, siempre acompañado de controles que eviten fraudes.