
La India ha comenzado a utilizar el yuan chino para liquidar sus compras de petróleo ruso, según reportes de la agencia Reuters. Esta decisión financiera se produce en un momento de intensas presiones por parte de Washington para que Nueva Delhi reduzca o cese la adquisición de crudo ruso a raíz de las sanciones impuestas a Rusia. El movimiento de utilizar la divisa china en las transacciones subraya un esfuerzo por parte de los comerciantes rusos de crudo para simplificar los acuerdos en medio de las restricciones occidentales.
Este cambio en la forma de pago, abandonando el dólar estadounidense o el uso de otras monedas, no es casual. Los comerciantes que ofrecen el petróleo ruso han empezado a exigir a las refinerías estatales indias que realicen los pagos en yuanes chinos, una señal clara de que buscan aprovechar la reciente mejora, aunque cautelosa, en las relaciones entre las dos potencias asiáticas, China y la India.
🤝 Simplificación de Acuerdos y Estrategia Geopolítica

La elección del yuan chino como moneda de pago se presenta como una oportunidad estratégica para simplificar los acuerdos con los compradores indios. Al utilizar la moneda de la otra potencia asiática, Rusia y la India logran sortear las limitaciones impuestas por el sistema financiero dominado por el dólar y las sanciones occidentales. La India, siendo un comprador clave de petróleo ruso con descuento, se adapta a los nuevos requisitos para asegurar su suministro energético vital.
El trasfondo de esta decisión es profundamente geopolítico. Mientras Washington presiona a la India para que se distancie de Moscú en sus tratos energéticos, Nueva Delhi prioriza su seguridad energética y la obtención de crudo ruso a precios favorables. El uso del yuan chino en la transacción envía un mensaje de resistencia a las presiones de Estados Unidos y resalta la creciente autonomía económica de las naciones en desarrollo respecto al sistema financiero occidental tradicional.
El aumento en el uso del yuan chino para el pago de petróleo ruso a la India es parte de una tendencia más amplia de «desdolarización» en el comercio internacional que se está acelerando entre las economías emergentes. Al diversificar las monedas de pago, estos países buscan reducir su vulnerabilidad ante las sanciones estadounidenses y construir un sistema financiero global multipolar. Este mecanismo no solo beneficia a Rusia e India, sino que también refuerza el papel del yuan como una alternativa viable en el comercio de commodities.