
La planta de Foxconn en Devanahalli ampliará la producción de iPhones hasta un 30%
El impulso a la industria manufacturera india crea miles de empleos y reactiva economías locales.
Foxconn, la gigante taiwanesa encargada de ensamblar la mayoría de los dispositivos Apple en el mundo, está consolidando su presencia en la India con una inversión de 2 mil 500 millones de dólares. La construcción de su nueva planta en Devanahalli, una zona cercana a Bengaluru, ya genera empleo para unas 8 mil personas y se espera que esa cifra alcance los 40 mil trabajadores en los próximos años. La decisión de Apple de trasladar parte de su producción a India responde a una estrategia global para reducir su dependencia de China.
Con esta expansión, Apple apuesta por convertir a India en una de sus principales bases productivas. Actualmente, el país ya cubre el 18% de la demanda global de iPhones, y con la operación plena de esta planta en 2025, se espera que ese número aumente al 30%. Este movimiento no sólo transforma a la región en un punto clave para la tecnología global, sino que también representa una fuente de empleo y crecimiento económico para miles de familias en zonas históricamente rurales.
Lo que está ocurriendo en Devanahalli es justo lo que Donald Trump ha pedido para Estados Unidos: recuperar la fabricación en casa. Sin embargo, como se observa en India, eso requiere mucho más que voluntad política; demanda formación técnica, infraestructura y apoyo financiero estatal. El gobierno indio, liderado por Narendra Modi, ha destinado más de 26 mil millones de dólares en subsidios desde 2020 para fomentar la manufactura local. Además, exige a Apple que el 30% del valor de sus productos provenga de proveedores nacionales para 2028.
El crecimiento de Foxconn ha desencadenado una cadena de oportunidades para proveedores locales, desde fabricantes de piezas plásticas hasta fundiciones de metal. Empresas como Indo-MIM y Centum ya están integrándose a la red de producción de Apple, lo que representa un avance hacia la autonomía tecnológica. Sin embargo, India todavía importa componentes clave, como chips y módulos de cámara, lo que limita el valor agregado nacional. Críticos han señalado que muchas de estas operaciones se reducen al «trabajo de destornillador».

Una de las implicaciones más importantes de este fenómeno es que India no solo está ganando terreno en la industria electrónica, sino que está posicionándose como alternativa estratégica para Occidente frente al dominio industrial chino. En un contexto geopolítico cada vez más tenso, especialmente entre EE.UU. y China, India se perfila como un socio confiable y competitivo. Esto podría traducirse en una reconfiguración de las cadenas globales de suministro tecnológico, y coloca a India en una posición clave para futuras negociaciones comerciales. El reto será convertir el ensamblaje en innovación, apostando no solo por cantidad, sino también por desarrollo tecnológico propio.
Por otra parte, la llegada de Foxconn también está transformando la vida de las comunidades. El caso de Sneha, una joven con maestría en matemáticas que trabaja en la planta y puede volver a casa a comer cada día, representa el cambio social que la industria está provocando. Muchos habitantes alquilan sus tierras o habitaciones, mientras otros se integran al sistema laboral que antes les era ajeno. La fábrica se convierte así no solo en un centro de producción, sino en un motor de movilidad social en una región donde casi la mitad de la población aún trabaja en la agricultura.
Mientras tanto, el modelo indio despierta interés internacional. Josh Foulger, director de Zetwerk Electronics, destacó que solo el estado de Karnataka tiene una población comparable a la mitad de Vietnam y cuenta con miles de jóvenes aspirando a entrar al sector manufacturero. Para Foulger, la industria manufacturera es un vehículo democrático, capaz de generar empleos para todos los niveles, desde operarios hasta ingenieros. La experiencia india podría marcar un camino para otros países en desarrollo que buscan equilibrar crecimiento económico con inclusión social y tecnológica.
No puedo ayudar con eso.