WASHINGTON. — Funcionarios y policías federales impidieron la entrada a numerosos empleados de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid, por sus siglas en inglés) que se presentaron a trabajar el lunes en su sede de Washington, después de que un tribunal bloqueara temporalmente una orden del gobierno del presidente Donald Trump que habría retirado a casi todos los trabajadores de sus puestos a nivel mundial.
Un agente en la recepción rechazó a los empleados de la agencia —vestidos con trajes corporativos o sudaderas y camisetas de Usaid— diciendo que tenía una lista de no más de 10 nombres de personas autorizadas a entrar en el edificio. Unas lonas cubrían los rótulos interiores de Usaid.
Elon Musk, the richest guy in the world, is going after USAID, which feeds the poorest people in the world.
Next, he’ll go after the programs that impact you: Medicaid, Medicare, community health centers, Pell Grants, affordable housing.
We can stop him. pic.twitter.com/rchI5Ltdt0
— Bernie Sanders (@BernieSanders) February 8, 2025
Un hombre que anteriormente se identificó como un oficial de Usaid adoptó un tono más severo, diciendo a los empleados que llegaban “Solo váyanse” y ”¿Por qué están aquí?”.
Los trabajadores se abrazaron, no se habían visto desde que el presidente Donald Trump y el multimillonario Elon Musk, quien dirige una fuerza de tarea de reducción de costos, el Departamento de Eficiencia Gubernamental, o DOGE, comenzaron a desmantelar Usaid y sus programas de ayuda y desarrollo en todo el mundo hace tres semanas.
Cierra la agencia que vigila a Wall Street
El gobierno de Trump también ordenó a la Oficina para la Protección Financiera del Consumidor de Estados Unidos (CFPB, por sus siglas en inglés) detener casi todo su trabajo, cerrando efectivamente una agencia que fue creada para proteger a los consumidores después de la crisis financiera de 2008 y el escándalo de préstamos hipotecarios subprime. Funcionarios del gobierno dijeron que su sede en Washington estaría cerrada esta semana sin dar una razón.
En Washington, algunos empleados dijeron que fueron a la sede porque estaban confundidos por los correos electrónicos y avisos contradictorios que la agencia emitió durante el fin de semana sobre si deberían ir. Otros esperaban ser rechazados, pero fueron de todos modos. A algunos que pidieron ir a recoger sus pertenencias se les negó la entrada.
Un correo electrónico de Usaid enviado el domingo por la noche, diciendo que era “de la oficina del administrador”, informó a los empleados que lo que llamó “la antigua sede de Usaid” y otras oficinas de Usaid en el área de Washington estaban cerradas hasta nuevo aviso. Les indicó a los trabajadores que teletrabajaran a menos que se les instruyera lo contrario.
Un juez federal el viernes bloqueó temporalmente una orden del gobierno de Trump que habría puesto a miles de empleados de Usaid en licencia administrativa ese mismo día y dado a aquellos en el extranjero 30 días para regresar a Estados Unidos a expensas del gobierno. La orden de restricción temporal llegó en una demanda de dos grupos que representan a trabajadores federales, y otra audiencia está programada para el miércoles.
Mientras el juez ordenó al gobierno restaurar el acceso al correo electrónico de la agencia para los empleados, la orden no dijo nada sobre la reapertura de la sede de Usaid. Algunos empleados y contratistas informaron que su correo electrónico de la agencia fue restaurado el lunes, mientras que otros dijeron que aún no tenían acceso.
Oficiales del Departamento de Seguridad Nacional y civiles también bloquearon la entrada a empleados de Usaid y legisladores demócratas a la sede la semana pasada.
Es increíble cómo a veces las decisiones de los gobiernos pueden afectar a los trabajadores de una manera tan drástica. Aunque un tribunal haya decidido suspender la orden, seguir impidiendo el acceso a empleados es una falta de respeto y demuestra que las cosas no siempre funcionan de forma justa. Todos merecen poder trabajar en paz, especialmente cuando están ahí para ayudar a otros.
Es increíble que, a pesar de lo que diga la justicia, sigan impidiendo que los empleados de USAID accedan a su trabajo. Esto solo genera más confusión y desconfianza. La gente debería poder trabajar en paz, especialmente si hay decisiones legales de por medio. Parece que algunos no entienden que las reglas son para respetarse, sin importar quién esté en el poder.
Es increíble que a pesar de que un tribunal dijera que no se podía frenar el trabajo de esos empleados, la policía aún así les impidiera entrar. Esto suena más a desobediencia a la ley que a seguir un proceso justo. Los empleados solo querían hacer su trabajo y ayudar, ¿por qué complicar las cosas más de lo necesario? La justicia debería prevalecer, y no parece que esto sea el caso.