
La noche del miércoles 15 de octubre quedó marcada por un agresivo operativo en Playas de Tijuana, donde drones cargados con explosivos artesanales arrojaron artefactos sobre las instalaciones de la Fiscalía General del Estado (FGE), en su unidad antisecuestros. Las grabaciones de cámaras de seguridad y periodistas capturaron el estallido, la estrategia y los daños materiales provocados, mientras la Fiscalía abrió una investigación por terrorismo.
De acuerdo con las autoridades, el ataque ocurrió alrededor de las 19:06 horas, cuando parte del personal se hallaba en labores habituales, y hubo explosiones que inicialmente fueron confundidas con disparos de arma de fuego. Los dispositivos utilizados consistían en botellas plásticas cargadas con pólvora, clavos, balines y fragmentos metálicos —configuración típica de explosivos elaborados—, los cuales al detonarse dispersaron proyectiles que impactaron vehículos en el sitio.
Los efectos del ataque también se hicieron visibles en al menos cuatro vehículos, entre unidades oficiales y particulares, con cristales rotos, abolladuras y daños superficiales, pero sin incendios ni pérdidas humanas. La FGE enfatizó que no fue un ataque contra zonas residenciales cercanas ni contra civiles, y calificó el evento como un atentado dirigido específicamente a la Fiscalía.
Ante los hechos, se activaron protocolos de seguridad inmediata. Policías estatales, investigadores y autoridades locales acordonaron la zona para preservar indicios. La indagación concentra esfuerzos en revisar grabaciones de vigilancia, análisis forense de artefactos explosivos e identificación de los responsables materiales. La Fiscalía estatal coordina con la Fiscalía General de la República (FGR) bajo la figura de delito de terrorismo.