El quinto álbum de IDLES fue anunciado como un encuentro de la banda con
sentimientos que no solemos escucharles tan seguido: “(…) concebido con amor, (…) EL AMOR ES LA COSA.”
Los de Bristol han tenido etapas obscuras, traumas y enojo, y aunque les hemos escuchado una y otra vez hablar sobre estos temas, ahora nos emociona que hayan decidido cambiar el rumbo por un disco.
Recordemos el excelente Crawler (2021) como un disco pesado en el que se tocaban temas de drogadicción y sus efectos, al arrastrarse por el mundo buscando sensaciones positivas fuera de ese mundo. Así, TANGK es el equilibrio necesario ante lo mal que la podemos pasar a ratos, y la banda se encarga ahora de celebrar la vida desde otra óptica.
Nigel Godrich (Radiohead, Atoms for Peace, Beck) y Kenny Beats se unen como un super dúo para la producción de este LP, junto al guitarrista de la banda Mark Bowen, quien ha salido con el icónico jersey de Jorge Campos a tocar sobre el escenario. La mezcla entrega un disco que suena asombroso pero mantiene la distorsión y el sonido crudo por el que se ha caracterizado IDLES.
El primer sencillo del disco fue una muestra clarísima que nos fascinó, y en el que sorpresivamente colabora LCD Soundsystem. IDLES crea un punk bailable que celebra poder bailar en cualquier contexto.
Una explosión enorme de amor en el nuevo álbum de IDLES
Quienes hayan presenciado a IDLES en vivo confirmarán que la banda transmite
muchísima energía, pero suelen denunciar los grandes males de la humanidad: racismo, adicciones y pérdida. Ahora, en un fascinante cambio, mantienen intacta la energía para celebrar al amor, pero no desde una óptica melosa y cursi, sino desde una admiración a que entre tanta negatividad, pueda existir algo así de maravilloso.
Pero no nos preocupemos, la distorsión y la voz icónica de John Talbot permanecen intactas. En “Gift Horse”, Talbot habla sobre su hija, y es un tema de ternura que tiene un groove propio, algo nuevo en la banda que nos mostraron desde el primer sencillo, y que funciona bastante bien.
Desde acá, IDLES no se olvida de su tono de protesta y le da protagonismo a su frase “Fuck the king”, frase constante en sus conciertos que ya se convirtió en un apéndice de “I’m Scum” y “Danny Nedelko” en vivo.
Otra muestra clara de esto es “Grace”, una rola con una atmósfera asombrosa entre distorsiones sutiles, en la que reiteran que el amor es lo más maravilloso que puede sucederles. Desmitificando figuras enormes para los ingleses como la corona y el rey, pidiendo gracia, Talbot es el genio creativo detrás de un video en el que hacen una recreación del icónico video de “Yellow” de Coldplay:
Mantener la rudeza en todos los contextos
TANGK Es un disco de amor. Sí, los rudos de IDLES hicieron un disco de amor y nos encanta el reto y la idea. No se asusten, las distorsiones desgarran y Talbot no suelta el estilo vocal que lo caracteriza. Es asombroso cómo pueden hacer una canción de amor que se aproveche de su sonido para gritar que aman a alguien.
Esto suena en “Roy”, dedicada a su novia, como un alarido sincero en el que Talbot reconoce ser un tipo inteligente pero que es un “tonto por alguien más”.
Otra genialidad es “Hall & Oates”, una protesta sobre lo masculino, como lo han hecho antes en “Samaritans”, o tocando sobre el escenario con vestidos. Talbot canta sobre amar a un amigo, cuando parece que el mítico dúo estadounidense de disco suena todo el tiempo en sus oídos. Esta rola es puramente el sonido de IDLES y estén seguros de que provocará mosh pits en su próxima gira.
Las baladas son un terreno considerablemente inexplorado para la banda, pero para TANGK nos traen tres que tienen una cualidad común, al lograr mantener atmósferas tensas que en la voz de Talbot parecen acercarse a lamentos. Desde “IDEA 01” notamos esa sensación de pérdida, que es el paso de transición a los nuevos temas del disco.
Para “Monolith”, la banda mantiene una progresión hipnótica y bastante cinemática, que funciona perfecto para despedir al disco. Toca un poco del amor, y le vuelve a tirar al rey. El cierre con saxofón es sorpresivo y melancólico, algo relativamente nuevo en la paleta sonora de IDLES.
La música previa de IDLES suele incomodar, tocar temas polémicos y presentar su propia visión sobre algunos problemas sociales. En este disco, no tenemos esa sensación de incomodidad sino una extraña sensación de alivio, al celebrar la vida y tener más baladas que en cualquier otro disco de su discografía.
Es el álbum más atípico que han presentado, con una emocionante visión que seguramente se repetirá en nuevos discos, pero aún así nuestros oídos están acostumbrados a escuchar más denuncia y estridencia a lo largo de los álbumes de IDLES. Con dos lados en este disco, distorsión acelerada frente a baladas, nos encontramos en una ambivalencia que baja el ritmo inesperadamente para una banda que ha mantenido un motor acelerado a lo largo de su carrera.
IDLES viene a nuestro país en octubre, y pueden encontrar boletos por acá. Tenemos varias versiones físicas de TANGK para elegir, y la banda ha lanzado mercancía nueva con referencias a sus letras, todo disponible en su tienda virtual.
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