
21 JULIO 2025- INTERNACIONAL- El director del Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE), Todd Lyons, anunció que la agencia intensificará la vigilancia y persecución de las empresas que contratan a migrantes ilegales, bajo el argumento de que estas prácticas fomentan condiciones de trabajo abusivas. Según Lyons, muchos de estos trabajadores llegaron a Estados Unidos con la esperanza de una vida mejor, pero en su lugar se enfrentan a explotación laboral, sueldos bajos y condiciones precarias.
Esta declaración marca un giro en el enfoque del ICE, que tradicionalmente ha centrado sus acciones en los propios migrantes. Ahora, la agencia apunta hacia los empleadores como parte del problema estructural que permite la continuidad del trabajo irregular. “Estas compañías se aprovechan de su estatus migratorio para pagar menos y negar derechos básicos”, enfatizó Lyons durante una entrevista televisada este domingo.

El director del ICE aseguró que se desplegarán recursos para realizar inspecciones en sectores económicos donde el uso de mano de obra migrante es común, como la agricultura, la construcción y el servicio doméstico. Además, se evaluarán sanciones civiles y penales contra los empleadores reincidentes que ignoren la normativa migratoria. La intención no es solo castigar, sino disuadir futuras contrataciones irregulares, según explicó Lyons.
Este cambio de enfoque ha sido recibido con opiniones divididas. Algunos sectores pro derechos humanos han respaldado la idea de que los empleadores deben rendir cuentas, mientras que organizaciones empresariales han expresado su preocupación por el posible impacto económico en industrias que dependen en gran medida de trabajadores indocumentados. También se ha planteado la necesidad de acompañar estas medidas con una reforma migratoria integral que dé soluciones a largo plazo.

Expertos en política migratoria señalan que muchos trabajadores migrantes en situación irregular son reclutados directamente por contratistas que usan documentos falsos o identidades prestadas, lo cual complica la supervisión legal. A menudo, estas personas no tienen otra opción que aceptar condiciones laborales abusivas por miedo a ser deportados si denuncian. En este contexto, las acciones del ICE podrían, si se aplican con cuidado, ayudar a visibilizar una red de explotación que permanece en la sombra y que afecta a miles de personas cada añ