
1 AGOSTO 2025- INTERNACIONAL- La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, confirmó que la salida de Iberdrola México del país no se debe a conflictos políticos ni regulatorios, sino a una decisión empresarial orientada a reubicar inversiones en otros mercados. La empresa Cox, con capital europeo y estadounidense, adquirió los activos de Iberdrola en México por 4 mil 200 millones de dólares, consolidando así su presencia en sectores clave como la energía y el agua.
Confianza en la economía mexicana
Durante su conferencia matutina en Palacio Nacional, Sheinbaum explicó que esta transacción representa una señal de confianza para el país. Destacó que Cox ha trabajado por años en México y que está comprometida con inversiones sostenidas en energía, agua y otros proyectos, en apego a la nueva legislación energética que marca un 54% de participación para la CFE y 46% para privados.

Una transición energética sin confrontación
La presidenta subrayó que se mantuvo comunicación directa tanto con directivos de Iberdrola como de Cox. Mientras Iberdrola decidió reorientar sus inversiones hacia Europa, Cox mostró interés en adaptarse a las nuevas normas de generación eléctrica en México. Este movimiento, según Sheinbaum, ayuda a consolidar un modelo energético más justo y ordenado, tras años de funcionamiento irregular por parte de algunas empresas en el esquema de autoabasto.
Reestructuración del mercado eléctrico
Sheinbaum recordó que antes de la reforma de 2013, no se permitía legalmente que empresas privadas vendieran electricidad entre sí. Sin embargo, compañías como Iberdrola lo hacían a través de sociedades de autoabastecimiento, usando la infraestructura de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) sin pagar por ella. Aunque muchas se ampararon cuando el gobierno intentó regular esta práctica, Iberdrola sí accedió a dialogar y transitar hacia un marco legal más equitativo.

Compromiso con la legalidad y el desarrollo
La presidenta destacó que el proceso de compra incluye también el pago de impuestos y una revisión jurídica de la operación. Para ella, este hecho prueba que las empresas extranjeras están dispuestas a invertir en México respetando sus reglas, y que el país sigue siendo un destino atractivo para los negocios en sectores estratégicos. “No fue por conflicto, fue por estrategia”, reiteró.