
Hugo Aguilar Ortiz, un abogado mixteco originario de San Agustín Tlacotepec, Oaxaca, se perfila para convertirse en el primer indígena en ocupar la presidencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN). Esto luego de encabezar la primera elección judicial en México el pasado 1 de junio, consolidándose como el candidato más votado con más de seis millones de sufragios.
Licenciado en Derecho y maestro en Derecho Constitucional por la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca (UABJO), Aguilar ha dedicado más de tres décadas a la defensa de los derechos de los pueblos indígenas. Desde sus inicios, se involucró activamente en la procuración de justicia para comunidades originarias en conflictos agrarios, jurisdiccionales y normativos, representando a más de 25 comunidades mixtecas, mixes y zapotecas.
Su trayectoria pública incluye roles clave como subsecretario de Derechos Indígenas en Oaxaca (2011–2016), jefe de Sistemas Normativos del Instituto Electoral de Oaxaca (2016–2018), y coordinador general de Derechos Indígenas del Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI) desde 2018. Desde esta posición, impulsó la reforma al artículo 2º Constitucional, ampliando los derechos de pueblos indígenas y afromexicanos. También formó parte del cuerpo asesor del EZLN en la redacción de propuestas constitucionales sobre derechos indígenas en la década de 1990.
Aguilar se define como un promotor de una justicia con rostro pluricultural, humanista y cercana al pueblo. Sus principios se apoyan en tres pilares: justicia congruente con la realidad, multidisciplinaria y en diálogo republicano entre los diversos poderes y comunidades.
Al asumir la presidencia de la Corte, busca innovaciones simbólicas como prescindir de la toga, para mantener presente su identidad originaria, y promover la traducción de sentencias en lenguas indígenas.
La llegada de Aguilar se enmarca en una Corte con clara influencia del partido gobernante (Morena), que logró el ingreso de los nueve aspirantes preferidos por la administración. Esto ha generado inquietudes sobre la posible politización del Poder Judicial.
Además, algunas comunidades, como la Nación Yaqui y el Consejo Supremo Indígena de Michoacán, han emitido críticas advirtiendo que el origen indígena de Aguilar no garantiza que realmente defenderá los intereses comunitarios, y cuestionaron la ausencia de consulta previa en su elección.
Su elección representa un momento histórico: el primer presidente indígena de la Corte desde Benito Juárez. Fue elegido por voto popular, un mecanismo establecido tras la reforma judicial de 2024 que busca democratizar la integración del Poder Judicial.
La narrativa de su elección combina esperanza y escepticismo. Para miles de indígenas simboliza inclusión; para otros, una continuidad de filiaciones políticas. El temor es que su liderazgo pueda ser utilizado como bandera política, eclipsando una verdadera voz indígena en el sistema judicial.