PARÍS (AP).— El Louvre, el museo más visitado del mundo y un símbolo global de arte, belleza y persistencia, ha resistido guerras, terrorismo y pandemias, pero ayer fue paralizado por su propio personal en huelga.
El personal afirma que la institución se está desmoronando bajo el peso del turismo masivo.
Huelga en el Louvre en 2025
Era una imagen casi impensable: el hogar de obras de Leonardo da Vinci y milenios de los mayores tesoros de la civilización, paralizado por las mismas personas encargadas de dar la bienvenida al mundo a sus galerías.
Miles de visitantes varados y confundidos, con boletos en la mano, fueron agrupados en filas inmóviles junto a la pirámide de vidrio diseñada por I.M. Pei.
“Es el lamento de la Mona Lisa aquí afuera”, dijo Kevin Ward, de 62 años, de Milwaukee.
“Miles de personas esperando, sin comunicación, sin explicación. Supongo que incluso ella necesita un día libre”.
El Louvre se ha convertido en un símbolo del turismo llevado al límite.
Mientras que lugares emblemáticos desde Venecia hasta la Acrópolis se apresuran a controlar las multitudes, el museo más icónico del mundo, visitado por millones, está alcanzando su propio punto de quiebre.
La huelga espontánea del Louvre estalló durante una reunión interna de rutina-
El personal de galería, vendedores de boletos y empleados de seguridad se negaron a ocupar sus puestos en protesta por las multitudes incontrolables, la falta crónica de personal y lo que un sindicato llamó condiciones de trabajo “insostenibles”.
Es raro que el Louvre cierre sus puertas.
Ha sucedido durante la guerra, por la pandemia y un puñado de huelgas, incluidos paros espontáneos por el hacinamiento en 2019 y temores de seguridad en 2013. Pero rara vez ha sucedido tan repentinamente, sin previo aviso y a la vista de las multitudes.
Además, la interrupción se produce solo meses después de que el presidente Emmanuel Macron presentara un ambicioso plan de una década para rescatar al Louvre de los problemas que ahora están estallando:
Filtraciones de agua, oscilaciones peligrosas de temperatura, infraestructura obsoleta y una circulación de visitantes mucho más allá de lo que el museo puede manejar.
Pero para los trabajadores en el terreno ese futuro prometido se siente distante.
“No podemos esperar seis años para recibir ayuda”, advirtió Sarah Sefian, asistente de galería y agente de servicios al visitante.
“Nuestros equipos están bajo presión ahora. No se trata solo del arte, se trata de las personas que lo protegen”.
Mona Lisa, principal foco rojo en el Louvre
En el centro de todo está la Mona Lisa, un retrato del siglo XVI que atrae multitudes más parecidas a un encuentro con una celebridad que a una experiencia artística.
Aproximadamente 20,000 personas al día se agolpan en la Sala de los Estados, la más grande del museo, solo para tomarse una selfi con la enigmática mujer de Leonardo da Vinci detrás de un vidrio protector.
La escena es a menudo ruidosa, agitada y tan densa que muchos apenas miran las obras maestras que la flanquean, obras de Tiziano y Veronese que en gran medida pasan inadvertida.
“No ves una pintura”, lamentó Ji-Hyun Park, de 28 años, quien voló de Seúl a París. “Ves teléfonos. Ves codos. Sientes calor. Y luego, te empujan hacia afuera”.
El plan de renovación de Macron, denominado “Nuevo Renacimiento del Louvre”, promete una solución.
La Mona Lisa tendrá su propia sala, accesible con un boleto y entrada programada. También se planea una nueva entrada cerca del río Sena para 2031 a fin de aliviar la presión de la pirámide.
“Las condiciones de exhibición, explicación y presentación estarán a la altura de lo que la Mona Lisa merece”, aseguró Macron en enero.
Críticas a Emmanuel Macron
Pero los trabajadores del Louvre llaman a Macron hipócrita y dicen que el plan de renovación de hasta 800 millones de euros (834 millones de dólares) oculta una crisis más profunda.
Mientras Macron invierte en nuevas entradas y espacio de exhibición, los subsidios anuales de operación del Estado francés han disminuido en más del 20% en la última década, incluso cuando el número de visitantes se disparó.
“Nos sienta muy mal que el señor presidente haga sus discursos aquí en nuestro museo”, añadió Sefian, “pero cuando rascas la superficie la inversión financiera del Estado empeora con cada año que pasa”.
Gran parte del personal en huelga planeaba permanecer en paro todo el día, pero Sefian afirmó que algunos trabajadores podrían regresar temporalmente para abrir una “ruta de obras maestras” limitada por un par de horas.
Esto permitiría el acceso a obras selectas, incluida la Mona Lisa y la Venus de Milo.
El museo completo podría reabrir con normalidad mañana y algunos turistas con boletos de tiempo limitado podrían reusarlos. Este martes el Louvre está cerrado.
Casi 10 millones de visitantes en el Louvre cada año
El Louvre dio la bienvenida a 8.7 millones de visitantes el año pasado, más del doble de lo que su infraestructura fue diseñada para recibir.
Incluso con un límite diario de 30,000, el personal dice que la experiencia se ha convertido en una prueba diaria de resistencia, con muy pocas áreas de descanso, baños limitados y el calor del verano magnificado por el efecto invernadero de la pirámide.
En un memorando que se filtró a los medios, la presidenta del Louvre, Laurence des Cars, advirtió que partes del edificio “ya no son impermeables”, que las fluctuaciones de temperatura ponen en peligro el arte invaluable.
Y que incluso las necesidades básicas de los visitantes, como comida, baños y señalización, están muy por debajo de los estándares internacionales.
Describió la experiencia simplemente como “una prueba física”.
10 años de espera para un plan de renovación
Se prevé que el plan de renovación completo sea financiado a través de ingresos por boletos, donativos privados, fondos estatales y licencias de la sucursal del Louvre en Abu Dabi.
Se espera que los precios de los boletos para turistas no pertenecientes a la Unión Europea aumenten a finales de este año.
Pero los trabajadores dicen que sus necesidades son más urgentes que cualquier plan a 10 años.
A diferencia de otros sitios importantes en París, como la catedral de Notre Dame o el Centro Pompidou, ambos en proceso de restauraciones respaldadas por el gobierno, el Louvre sigue atrapado en el limbo.
Ni completamente financiado ni completamente funcional.
El presidente Macron, quien pronunció su discurso de victoria electoral de 2017 en el Louvre y lo mostró durante los Juegos Olímpicos de París 2024, ha prometido un museo más seguro y moderno para finales de la década.
Hasta entonces, el mayor tesoro cultural de Francia, y las multitudes que acuden a él, permanecen atrapados entre las grietas.
Más detalles
Gran parte del personal en huelga planeaba permanecer en paro todo el día.
Reapertura
El museo completo podría reabrir con normalidad mañana y algunos turistas con boletos de tiempo limitado podrían reutilizarlos.
Sobrepasado
El Louvre recibió 8.7 millones de visitantes el año pasado, más del doble de lo que su infraestructura fue diseñada para recibir.
Es comprensible que el personal esté frustrado. No se puede permitir que el turismo masivo afecte la calidad del servicio y el bienestar de quienes trabajan allí. Es hora de encontrar un equilibrio para que tanto visitantes como empleados estén cómodos.