La ONG defensora de los derechos humanos Human Rights Watch (HRW) acusó este jueves a Israel de “exterminio y actos de genocidio” por negar el acceso al agua a los palestinos de la Franja de Gaza, y estimó que miles de personas han muerto por deshidratación y enfermedades relacionadas durante la guerra.
“El agua es esencial para la vida humana, pero durante más de un año el Gobierno israelí ha negado deliberadamente a los palestinos de Gaza el mínimo que necesitan para sobrevivir”, dijo en un comunicado la directora ejecutiva de HRW, Tirana Hassan.
El grupo publicó este jueves un informe en el que asegura que las autoridades israelíes han privado de forma deliberada a los palestinos de la Franja de acceso seguro al agua potable necesaria para beber y lavarse.
Según HRW, la situación “muy probablemente ha resultado en miles de muertos”, por lo que acusó a Israel del “crimen contra la humanidad de exterminio y actos de genocidio”.
Para su informe, el grupo entrevistó a 66 palestinos gazatíes, a cuatro empleados de la empresa municipal de recogida de basuras (la CMWU), a 31 trabajadores sanitarios y a 15 trabajadores de la ONU y de otros organismos internacionales.
También analizó imágenes de satélite, fotografías y videos, además de datos y estimaciones de doctores, epidemiólogos y expertos en saneamiento.
“Esto no es solo negligencia; es una política calculada de privación que ha provocado la muerte de miles por deshidratación y enfermedades”, aseguró Hassan.
El organismo estima que cientos de miles de personas en Gaza han contraído enfermedades causadas (o a las que ha contribuido) la falta de agua potable, como la diarrea, la hepatitis A, enfermedades cutáneas o del tracto respiratorio superior.
“La privación de agua es particularmente dañina para los bebés, las mujeres embarazadas y las que están dando el pecho”, recordó el grupo.
En una rueda de prensa para explicar las conclusiones del informe, la directora de la división de Oriente Medio de HRW, Lama Fakih, dijo que las pruebas recabadas deben ser un “mensaje claro” para el Gobierno israelí, aunque reconoció que, por el momento, la presión internacional no ha sido suficiente para detener los abusos.
Uno de los ejemplos que da HRW son los numerosos ataques israelíes contra la infraestructura de tratamiento del agua y saneamiento gazatí.
La mayoría del agua en Gaza procede de un acuífero contaminado por la cercanía del mar y la sobreexplotación, por lo que estas plantas son esenciales para el suministro de agua potable.
HRW escribió en al menos dos ocasiones (en junio y en noviembre de este año) a las autoridades israelíes para pedir información sobre los ataques contra estas plantas, y nunca recibió respuesta.
Según el grupo, que cita a la ONU, entre noviembre de 2023 y abril de 2024, el norte de Gaza no tuvo acceso al agua potable. El suministro mejoró algo en agosto, pero mínimamente.
La situación, además, se ha visto agravada por los estrictos controles a la entrada de ayuda humanitaria, ya que la mayoría de suministros que se necesitan para reparar las plantas de saneamiento o para hacer frente a la acumulación de aguas residuales pueden ser considerados de “doble uso” por las autoridades israelíes.
A mediados de octubre, Israel anunció que, “por primera vez”, un camión de succión de aguas residuales entró a Gaza como parte de los preparativos para el invierno.
Pero la compañía municipal de gestión de residuos gazatí (CMWU) confirmó a EFE que el camión, que fue introducido gracias a la colaboración del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), fue solicitado antes de octubre de 2023, cuando empezó la guerra, porque ya entonces existía necesidad.
La empresa explicó que, desde el comienzo de la ofensiva, ha pedido la entrada de gran cantidad de maquinaria pesada, como bombas de control de inundaciones, generadores o camiones de limpieza de alcantarillas, que no han recibido todavía los permisos para entrar.
Con información de EFE