
26 NOVEMBRE 2025-TULUM– La Profeco clausuró el hotel Diamante K, propiedad del actor y empresario Roberto Palazuelos, tras detectar costos excesivos e incumplimientos a la normativa vigente durante un operativo realizado en Tulum, Quintana Roo. La suspensión ocurrió luego de diversas denuncias de usuarios que reportaron aumentos injustificados en servicios turísticos y productos básicos en esta zona del Caribe mexicano, una de las más visitadas por el turismo nacional e internacional.
Como parte del operativo, la dependencia federal inspeccionó comercios del centro de Tulum y establecimientos ubicados dentro del Parque Jaguar. Ahí se identificaron diferencias significativas en tarifas hoteleras, falta de información clara para los consumidores y violaciones a la Ley Federal de Protección al Consumidor. En total, se llevaron a cabo 29 visitas a tiendas, farmacias, hoteles y restaurantes, además de supervisar 22 establecimientos dentro del área protegida.

Uno de los hallazgos más relevantes fue la tarifa más alta detectada en la zona: una habitación doble del hotel Diamante K con un costo de 13,860 pesos, cifra muy por encima del promedio regional. Por ello, la Profeco colocó sellos de suspensión no solo en este establecimiento, sino también en Pocna Tulum, Villa Pescadores y Cabañas Playa Condesa Tulum.
El operativo también reveló menús exhibidos sin precios, con costos en moneda extranjera o redactados en idiomas distintos al español, acciones que vulneran el derecho de los consumidores a recibir información clara y accesible.

Además, se detectaron precios elevados en alimentos y bebidas dentro de la zona turística. Entre los costos más altos se registraron guacamoles de hasta 280 pesos, hamburguesas que superaban los 400 pesos y órdenes de tacos con precios similares.
En cuanto a los precios oficiales difundidos por el propio hotel, el hospedaje en el Diamante K va desde 1,340 pesos por una cabaña económica con baño compartido, hasta 2,800 pesos por una cabaña con vista al mar y cama king. En su restaurante, los platillos oscilan entre 300 y 500 pesos. Estas tarifas contrastan con la habitación sancionada por la dependencia, cuyo costo excedía de manera significativa el rango presentado al público, lo que alimentó dudas sobre la consistencia en los precios mostrados a los clientes.
Hasta el momento, Roberto Palazuelos no ha emitido declaraciones públicas respecto a la clausura. Sin embargo, este operativo es un mensaje claro para los prestadores de servicios turísticos en la Riviera Maya, donde el crecimiento acelerado del turismo ha dado pie a abusos y tarifas desproporcionadas.










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