Chetumal, Quintana Roo, 18 diciembre 2024.- Familiares y fuentes cercanas al exmandatario han solicitado respeto a su privacidad, aunque confirmaron que su estado de salud es delicado. Villanueva, de 75 años, se encontraba bajo arresto domiciliario desde 2020 debido a su estado de salud tras haber sido sentenciado por cargos de lavado de dinero y vínculos con el narcotráfico. Durante su mandato como gobernador de Quintana Roo, se le acusó de colaborar con el Cártel de Juárez, permitiendo el tránsito de drogas a cambio de sobornos millonarios.
A través de sus redes sociales Mario Villanueva informó que «agradezco el esfuerzo de los médicos y el personal de salud de mi ciudad, quienes siempre han brindado lo mejor con los recursos a su alcance. Sin embargo, esta situación pone en evidencia las limitaciones que enfrentamos y que afectan a muchas personas que, como yo, deben buscar atención en otras ciudades”, expresó Villanueva.
Tras cumplir condenas tanto en México como en Estados Unidos, Villanueva regresó al país, donde su delicada condición médica lo llevó a obtener el beneficio del arresto domiciliario. Su estado actual ha generado inquietud y renovado el debate sobre su controvertida trayectoria, marcada tanto por los logros en el desarrollo turístico de Quintana Roo como por las acusaciones de corrupción y vínculos con el crimen organizado. Mientras algunos lo consideran víctima de un sistema político que lo utilizado como chivo expiatorio, otros lo ven como un símbolo de la colusión entre autoridades y narcotráfico en los años 90.
El gobierno estatal emitió un comunicado asegurando que se brindará toda la atención médica necesaria. Sin embargo, el incidente ha reavivado el debate sobre su figura política y la polarización que su caso genera en la opinión pública.
Contexto histórico
Mario Villanueva Madrid fue gobernador de Quintana Roo de 1993 a 1999. Durante su mandato, destacó por impulsar el desarrollo turístico del estado, consolidando a destinos como Cancún y la Riviera Maya como epicentros del turismo internacional. Sin embargo, al final de su administración, surgieron acusaciones de corrupción y presuntos vínculos con el Cártel de Juárez, uno de los grupos criminales más poderosos de la época.
Villanueva fue acusado de permitir el tránsito de cargamentos de drogas a cambio de millonarios sobornos, además de lavado de dinero. En 2001, tras permanecer prófugo durante casi dos años, fue capturado y enfrentó diversos procesos legales en México y Estados Unidos.
En 2010, fue extraditado a Estados Unidos, donde fue sentenciado a más de 11 años de prisión por lavado de dinero relacionado con el narcotráfico. En 2017, regresó a México para cumplir una condena pendiente, pero debido a su delicado estado de salud, en 2020 se le otorgó el beneficio del arresto domiciliario.
El caso de Villanueva es uno de los más emblemáticos en la historia política de México, pues evidencia la colusión entre el crimen organizado y la clase política en los años 90, dejando un legado de polarización entre quienes lo consideran un líder transformador y quienes no lo ven así.