
5 DE DICIEMBRE DEL 2025 – INTERNACIONAL. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, fue testigo este jueves de la firma de un trascendental Acuerdo de Paz entre la República Democrática del Congo (RDC) y Ruanda. La reunión se llevó a cabo con los presidentes Felix Tshisekedi (RDC) y Paul Kagame (Ruanda) en Washington D.C., y el documento suscrito, denominado «Acuerdos de Washington», formaliza un alto el fuego permanente y el inicio del proceso de desarme de los grupos armados no estatales que operan en la inestable región.
El contenido del pacto firmado representa un avance significativo para una región marcada por la violencia. Trump, durante una declaración en el Instituto de Paz de Estados Unidos, detalló los puntos clave del Acuerdo de Paz. «El pacto que firmamos hoy, que se conocerá como Acuerdos de Washington, formaliza los términos acordados en junio, incluyendo un alto el fuego permanente, el desarme de las fuerzas no estatales, disposiciones para el regreso de los refugiados a sus hogares, y justicia y rendición de cuentas para quienes han cometido atrocidades ilegales», afirmó el mandatario estadounidense.
El Marco del Pacto
La firma de este histórico Acuerdo de Paz se realizó en un lugar con un simbolismo particular: el antiguo edificio del Instituto de la Paz de Estados Unidos. Es importante destacar que el Departamento de Estado de EE. UU. rebautizó este edificio en honor a Trump el día anterior a la ceremonia. Esta decisión se tomó después de que la administración de Trump desmantelara la agencia independiente a principios de este mismo año. El encuentro y la firma buscan poner fin a una era de confrontación que ha desestabilizado la región central de África durante décadas.
Las relaciones entre la República Democrática del Congo y Ruanda han sido crónicamente tensas, con un trasfondo de hostilidades étnicas y conflictos armados persistentes. Estas tensiones tienen sus raíces profundas en las secuelas del devastador genocidio ruandés de 1994 y las subsiguientes Guerras del Congo (1996-2003). Durante esos conflictos, Ruanda intervino en territorio congoleño con el objetivo principal de perseguir a los grupos armados hutus que huyeron después del genocidio, perpetuando un ciclo de violencia y desconfianza mutua que este Acuerdo de Paz busca romper.
Un elemento crucial que complementa la información sobre el Acuerdo de Paz es el impacto humanitario que se espera de su implementación. Más allá de las disposiciones militares y políticas, la inclusión de cláusulas para el regreso de los refugiados y la rendición de cuentas por atrocidades es fundamental. Millones de personas en la región de los Grandes Lagos han sido desplazadas debido a los conflictos, y la formalización del alto el fuego permanente bajo este Acuerdo de Paz podría finalmente crear un corredor seguro para que estas poblaciones vulnerables regresen a sus hogares, marcando un paso crucial hacia la reconstrucción social y económica de las comunidades afectadas por años de guerra.







