Ahí donde hoy hay un edificio, antes hubo un prado con árboles y cielo azul. Esta es la característica más distintiva de la Colonia del Valle, un barrio plagado de historia que ha tenido la virtud de transformarse de la misma manera vertiginosa en que lo ha hecho la CDMX. Daremos una caminata por los mejores sitios de la Colonia Del Valle.
Y es que antes, cuando la ciudad era “la región más transparente”, esta colonia era un sitio profundamente rural donde se practicaba la agricultura y los ricos de principios de siglo del XX se iban ahí, donde tenían sus casas de descanso, para escapar del bullicio del centro.
En estas épocas, la Del Valle es otro tipo de oasis. Un barrio gigante, esencial para la Alcaldía Benito Juárez, cuya ubicación es privilegiada porque sus ejes la conectan de forma poética a todos los puntos cardinales de la urbe y porque termina o empieza en el Viaducto, ahí donde antes estaba el Río de la Piedad.
Dicho lo anterior, aquí les dejamos un poco de su historia, de sus símbolos y de sus sitios emblemáticos. Una caminata por la Colonia Del Valle es necesaria para hacer más intensas nuestras raíces chilangas.
¿Había un valle en la Colonia del Valle?
Los orígenes conocidos de la Del Valle se remontan a la Colonia, en particular al año 1683, cuando se construyó la Hacienda de San Francisco de Borja, un campo inmenso plagado de magueyes.
De acuerdo con algunos cronistas de la ciudad, en aquella época este sitio estaba habitado por jesuitas que se dedicaban al ganado, a mantener vivas sus grandes parcelas de tierra y a sembrar inmensos campos de alfalfa.
El barrio estaba conformado por una serie de ranchos que formaban parte de la municipalidad de Mixcoac.
Este grupo de predios pasó de mano en mano hasta que en 1906 fueron adquiridos por Nueva Colonia del Valle S.A., de ahí el nombre de la colonia.
En 1920, tras la gran transformación que generó la Revolución Mexicana en la ciudad, los terrenos se fraccionarion y se vendieron por partes. Cuenta la leyenda que una de las primeras avenidas que se trazó fue la de Amores, a propósito de un pequeño rancho que había cerca.
Desde sus inicios, la colonia se caracterizó por ofrecer buenos servicios y por ser una de las primeras por las que pasaba el famoso tranvía. En otras épocas este transporte recorría Félix Cuevas como hoy lo hace el Microbús.
A propósito de los nombres de las calles de la Del Valle
Una de las características más llamativas de la colonia es la imprecisa nomenclatura de sus arterias.
Entre los topónimos más destacados, vale la pena destacar la gran cantidad de filántropos que son homenajeados en las distintas zonas, entre ellos Félix Cuevas, un banquero que ayudó a los migrantes de la ciudad; Gabriel Mancera, que donó una estación de ferrocarril o Luz Saviñón, fundadora del Monte de Piedad.
También encontramos una colección de calles que fueron bautizadas con nombres de filósofos clásicos griegos como Pitágoras y unas pocas con apelativos de las frutas que se sembraban en los distintos ranchos.
Como dato curioso hay una calle que lleva el nombre de Porfirio Díaz, no por sus años en el poder, sino porque también fue un soldado que defendió México durante la Intervención francesa.
Una caminata arquitectónica
La colonia del Valle se caracteriza por sus construcciones estilo Art Déco y californiano.
También por ser la sede de algunos de los edificios que han transformado el panorama de la Ciudad de México. Aquí les dejamos una propuesta de caminata que les permitirá saber qué es qué.
Primera Parada: El hospital 20 de noviembre
Desde los años 40 esa esquina de Félix Cuevas estaba pensada para convertirse en un centro de salud. Ahí se quería construir el Hospital Frager y se edificaron los cimientos, pero el proyecto nunca se terminó.
Fue así como la estructura fue adquirida por el ISSTE y se inauguró el famoso 20 de noviembre, uno de los hospitales más modernos de la CDMX que refrendaría el ideal que dice que la salud debe ser gratuita.
Segunda parada: Centro Urbano Presidente Alemán
Bienvenidos a la unidad habitacional más antigua de la Ciudad de México, la segunda parada en nuestra caminata por la Colonia Del Valle. Inaugurada en 1949, este lugar se compone de al menos 1000 departamentos que han sobrevivido de pie el paso de los años.
Se trata de una de las tantas construcciones que hizo Mario Pani y que se pensó como el eslabón para crear una pequeña ciudad que contara con tiendas, restaurantes, iglesia y hasta su propio mural, no acabado, de Orozco.
Tercera Parada: Parroquia del Purísimo Corazón
Construida por Luis Olvera y Miguel Revolledo sobre las ruinas de una iglesia más antigua, esta iglesia se inauguró en 1953 y pronto se hizo famosa entre los vecinos por el cristo de brazos abiertos que sobresale en la avenida Gabriel Mancera.
Se hizo famosa entre otras cosas, por ser una de las locaciones de Romeo y Julieta de Baz Luhrmann. Imposible olvidar esas secuencias que se filmaron en su interior cuando los amantes se suicidan.
Cuarta Parada: Fuente Monumental de la Plaza California
He aquí uno de los pocos vestigios de la antigüedad que encontraremos en nuestra caminata por la Colonia Del Valle. Ubicada frene a la avenida de los Insurgentes, esta fuente fue inaugurada por Manuel Ávila Camacho en 1942.
Este asombroso ojo de agua plagado de ornamentos le ha servido a los capitalinos como un espacio de descanso y apropiación.
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