
13 DE DICIEMBRE DEL 2025 – INTERNACIONAL. El Movimiento de Resistencia Islámica, conocido como Hamás, ha elevado una crítica formal y pública contra la prestigiosa organización no gubernamental Amnistía Internacional (AI). La crítica surge a raíz de la reciente publicación de un informe por parte de AI que acusa a las milicias palestinas de haber cometido graves crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad, tanto durante los ataques iniciales del 7 de octubre de 2023 como en los periodos subsiguientes.
El núcleo de la queja de Hamás, expresada este jueves, radica en la acusación de que AI ha «adoptado» la narrativa presentada por Israel. Esta es una imputación seria contra una ONG reconocida a nivel global, sugiriendo que la organización ha perdido su objetividad e independencia al alinearse con la posición de Tel Aviv sobre los eventos y la subsecuente escalada del conflicto en la región.
Crímenes de Guerra y la Narrativa en Disputa
El informe de Amnistía Internacional, que ha provocado esta reacción en Hamás, denuncia que las milicias palestinas incurrieron en crímenes de guerra. Estos delitos incluyen el asesinato de civiles y la toma de rehenes durante los ataques sorpresivos del 7 de octubre, que desencadenaron la guerra actual. La publicación de AI busca documentar y responsabilizar a las milicias por estos actos, independientemente de las acciones de las fuerzas israelíes.
Hamás, al desestimar el informe, busca desacreditar las acusaciones de AI y desviar el foco hacia lo que considera una narrativa sesgada a favor de Israel. La organización insiste en que las acciones de sus milicias se enmarcan en una resistencia legítima, mientras que los crímenes que AI denuncia son presentados por Hamás como una herramienta de propaganda israelí destinada a justificar la respuesta militar en Gaza.
Impacto de la Narrativa en la Opinión Pública Global
La respuesta de Hamás a Amnistía Internacional es una jugada estratégica clave en la batalla por la narrativa global. Al criticar a una ONG con credibilidad internacional, Hamás intenta sembrar dudas sobre la veracidad del informe de AI y sobre la imparcialidad de los organismos internacionales que buscan investigar crímenes cometidos por ambas partes en el conflicto.
Este intento de manipular la narrativa busca proteger la imagen de Hamás y minimizar el impacto de las acusaciones de crímenes de guerra. La reacción subraya cómo la verdad y la documentación de los hechos se han convertido en un campo de batalla tan importante como el militar en el conflicto, con cada lado luchando por dominar la versión de los hechos que llega a la opinión pública mundial.
El organismo Amnistía Internacional aún no ha emitido una respuesta formal a las acusaciones directas de Hamás sobre la adopción de la narrativa israelí. Sin embargo, la ONG se mantiene firme en la independencia de su investigación, que se basa en la recopilación de testimonios, análisis de evidencia forense digital y documentación de las violaciones del derecho internacional humanitario cometidas por las milicias palestinas.
Este cruce de declaraciones pone de relieve la dificultad que tienen las organizaciones de derechos humanos para operar y documentar crímenes en un conflicto altamente polarizado. Al final, la narrativa de los crímenes de guerra queda atrapada entre las exigencias de verdad y justicia de la comunidad internacional y la manipulación política de las partes en conflicto.






