

22 de Octubre del 2025.- El Grupo Centurión Anti Extorsión, perteneciente a la Secretaría de Seguridad Ciudadana, logró frustrar un intento de secuestro virtual en el municipio de Benito Juárez. La intervención se activó gracias a un oportuno reporte al número de emergencias 911. Una familia residente de un domicilio en la Supermanzana 71 de Cancún solicitó ayuda desesperada, informando que estaban siendo víctimas de una extorsión en pleno desarrollo.
Al llegar al lugar, los agentes especializados se entrevistaron con la víctima principal. La persona informó que estaba recibiendo amenazas directas de delincuentes. Estos criminales aseguraban tener secuestrados a dos de sus hermanos. La amenaza fue clara: exigían no contactar a nadie y seguir sus instrucciones, o les harían daño a sus familiares. Esta situación generó un pánico inmediato entre los afectados, dificultando que pudieran pensar con claridad.
El Engaño: Aislar a las Víctimas
Tras realizar las entrevistas correspondientes, los oficiales del Grupo Centurión descubrieron el método utilizado por los extorsionadores. Los delincuentes habían obtenido el número telefónico del comercio donde trabaja la familia. Usando esta información, se hicieron pasar por clientes para contactar a dos de los hermanos. Con engaños, los convencieron de alejarse de la ciudad y dirigirse a una zona con difícil acceso a la comunicación, como poca señal telefónica.


Una vez que los hermanos estuvieron aislados e incomunicados, los criminales ejecutaron la segunda parte del plan. Llamaron al resto de la familia para hacerles creer que el secuestro era real. Gracias a la pronta intervención del grupo especializado y el uso de tecnología GPS, se inició la búsqueda. Las autoridades lograron ubicar a las personas y confirmar rápidamente que se encontraban a salvo y nunca estuvieron en peligro real.
La táctica de aislar a los familiares es la pieza clave de este tipo de secuestro. Al enviar a los hermanos a una zona sin señal (con pretextos como «ver un terreno», «recoger un paquete» o un «trabajo urgente»), los criminales se aseguran de que cuando la familia intente llamarlos para verificar, el teléfono mande a buzón. Esta falta de contacto es interpretada por la familia como la «prueba» de que el plagio es real, aumentando la desesperación y la probabilidad de que paguen el dinero exigido.