Green Day, el trío encargado de llevar el punk a los oídos de todo el mundo por allá del 2004, lanza hoy Saviors, el disco que se encarga de cerrar su serie American Idiot, aunque parece que aún tienen mucho de qué quejarse.
Desde su icónico Dookie (1994) la banda escaló establemente hacia lo que sería un álbum revolucionario, dirigido al entonces Presidente Bush. “American Idiot” resuena tanto, que cuando Donald Trump visitó el Reino Unido en 2018, la canción se coló de nuevo en las listas de sencillos.
No olvidemos que Billy Joe Armstrong, Mike Dirnt y Tré Cool conquistaron al mundo también mostrando un lado sumamente sensible y nostálgico con rolotas como “Wake Me Up When September Ends”, “Boulevard of Broken Dreams” y la burla propia en “Basket Case”. Para Saviors, Green Day vuelve a colaborar con Rob Cavallo, su productor de cabecera.
Green Day recupera la energía del descontento
Tal parece que entre más temas hable la banda sobre lo mal que está el mundo, en particular Estados Unidos como su país de origen, mejor suenan. Green Day regresan a los riffs sencillos pero potentes (“One Eyed Bastard”, “Coma City”) o rolas que están sobre pocos acordes distorsionados (“Look Ma, No Brains!”, “Dilemma”) pero con Tré Cool aceleradísimo en la batería.
Los temas de los que Billy Joe se queja son variados, pero permanece el estruendo que generan estos tres, como si siguieran en sus veintes. Algo que extrañábamos, pues en sus recientes lanzamientos no les habíamos escuchado energía equiparable a materiales pasados. Tenemos fills de batería excepcionales y solos de guitarra que nos contagian su energía, y que imaginamos será divertidísimo ver en vivo.
Como un buen detalle, Green Day no tiene miedo de hacer guiños a otros artistas, en su sátira permanente sobre ellos mismos y la sociedad. En “Corvette Summer” hacen un homenaje a los Beach Boys con el coro “Get around, I can get around”; el riff de “One Eyed Bastar” es innegablemente parecido a “So What” de Pink, para reventar en un coro de guerrilla que seguramente retumbará en vivo.
La decepción del panorama, veinte años después
Tal parece que las preocupaciones y quejas que la banda expresó en American Idiot siguen vigentes. Durante todo este disco, Green Day acierta con frases que describen a la sociedad actual, y que también traen un sentido de comedia desesperanzada.
Desde “The American Dream Is Killing Me”, Armstrong dice que “la gente está en la calle, desempleada y obsoleta”, como si se tratara de un objeto que ya no funciona. Distinto a los dos álbumes que anteceden a Saviors, la agrupación recupera bastante la denuncia social, con cierta resignación.
En la distorsionada “Coma City”, Billy Joe hace un himno basta a la Ramones, hasta con las voces de apoyo, en la que llama simplemente a despertar. En el álbum, el frontman satiriza sobre los episodios de matanzas en Estados Unidos (“Living in the ‘20s”), y aquí hasta dice que los policías de plano renunciaron. Nos pide abrir los ojos a una realidad que no promete mejorar mucho.
Green Day funciona muy bien en estas rolas, en las que parece que el tiempo no pasó por ninguno, y se mantienen denunciado que quienes nos gobiernan nos están dañando. Lo más punk que pueden hacer es seguir gritándoles, y nos encanta que en la canción que da nombre al disco le grita a quienes se decían salvadores que no cumplieron su promesa.
Como una banda liberal, el trío celebra a las punks en “1981”, y Billy Joe juega con la orientación sexual en “Bobby Sox”, una canción cursi y distorsionada sobre tener novia, novio y mejor amigo. El coro es pegajosísimo, se los advertimos, y el video es bastante retro noventero.
Una desaceleración no tan cautivadora
Mientras que la mitad del álbum es acelerada y divertida, con frases muy bien pensadas sobre uno mismo y la sociedad, Billie Joe y compañía se calman un poco en otras rolas, y no llegan a los niveles de sus mejores baladas.
Desde “Goodnight Adeline”, que toca los temas de adicción que sufrió el vocalista, notamos que las revoluciones bajan. Aunque las melodías vocales funcionan, los temas no parecen ser tan llegadores como sabemos que lo pueden ser en el caso de Green Day. Lo mismo sucede con “Suzie Chapstick”,
La rola que más logra cautivarnos y hasta echar una lágrima, y que le aplica también a los fans que han crecido junto a la banda, es “Father to a Son”, una balada acústica que le dedica Billie Joe a sus dos hijos, y en la que toca sus temas de imperfección, haciendo promesas de padre a hijo. Esta rola rompe en una sección orquestada que le va perfecto a la canción, y hasta escuchamos metales, lo que la hace una épica sobre la paternidad de Armstrong.
Aunque pasen los años, Green Day sigue siendo referente del punk, y vaya que su catorceavo disco logrará poner a cantar y brincar a sus más fans, pues es un cierre fenomenal a la trilogía de American Idiot. Tal vez las baladas sobre el paso de la adolescencia a la adultez nos faltaron, pero recordemos que crecieron, y aun así, nos dejan una que otra joyita para guardar en nuestras listas.
La banda está de gira por Europa tocando el Dookie y American Idiot completitos, y cierran en septiembre en San Diego, California, por lo que no nos sorprendería que aprovecharan para venir a visitarnos. Por cierto, se rifaron con las ediciones físicas del álbum, que pueden encontrar en su sitio oficial.
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