
En una operación sin precedentes, autoridades federales lograron la detención de directivos de empresas privadas y servidores públicos implicados en el macizo decomiso de 10 millones de litros de hidrocarburo en Tampico, Tamaulipas, durante el pasado mes de marzo. Esa acción trascendió lo informativo: fue un poderoso mensaje de mano dura contra la corrupción y las redes ilícitas de combustibles.
El operativo, una muestra de coordinación entre la Secretaría de Marina (Semar), la Fiscalía General de la República (FGR) y la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), se originó gracias a órdenes de aprehensión respaldadas por una investigación federal. El trabajo de inteligencia resultó clave para identificar a los responsables del almacenamiento y resguardo ilegal del combustible.
Según informó Omar García Harfuch, titular de la SSPC, las autoridades avanzaron sobre los primeros implicados con una planificación meticulosa y precisión investigativa. Aunque los nombres de los detenidos y sus cargos aún no se han hecho públicos, se confirmó que todos quedaron bajo custodia de las instancias judiciales correspondientes.
El decomiso, considerado uno de los mayores contra el robo de combustible en la región, incluyó la intercepción de un barco que llegó al puerto de Tampico el 19 de marzo con carga presuntamente de aditivos para aceites, junto con armas, municiones y documentos relevantes para la causa. También se ejecutaron cateos en predios clave donde se encontraron camionetas, contenedores, equipos de cómputo y más hidrocarburo, evidenciando la magnitud del operativo.
Autoridades federales destacaron que esta acción es parte de una estrategia integral del gobierno enfocado en erradicar la corrupción e impunidad vinculada al tráfico ilegal de combustibles. La operación contó además con el apoyo de la Guardia Nacional y la Secretaría de la Defensa Nacional, reforzando la imagen de un frente unido contra el huachicol.