
BUENOS AIRES.— El jefe de Gabinete de Ministros de Argentina, Guillermo Francos, calificó como “una especie de golpe de Estado” la violenta manifestación antigubernamental de apoyo a los jubilados que se realizó anteayer y en la que participaron las llamadas “barras bravas” de fútbol, sindicatos y organizaciones sociales y que dejó un saldo de 46 heridos y 124 detenidos, la mayoría ya liberados.
El gobierno libertario del presidente Javier Milei denunció un supuesto plan de desestabilización.
El fotógrafo independiente argentino Pablo Grillo, de 35 años, que resultó gravemente herido tras recibir el impacto en la cabeza de una cápsula de gas lacrimógeno lanzada por un policía, se encontraba en estado crítico, y el sector de reporteros gráficos de la Asociación de la Prensa Uruguaya (APU) expresó su repudio al “violento accionar policial ordenado por el gobierno argentino”.
Grillo fue uno de los más de 40 heridos durante una protesta que derivó en violentos enfrentamientos con las fuerzas de seguridad.
También hubo más de 120 detenidos y un policía herido con arma de fuego.
Según un video, el proyectil fue lanzado desde una formación policial.
“Fuera Bullrich, fuera”, gritaron los fotógrafos mientras levantaban sus cámaras en señal de protesta, ayer frente a la sede del Congreso, en cuyos alrededores se desató la violencia el miércoles.
Represión de Estado
“Es consecuencia de los que generan violencia y que van a tener como respuesta la represión del Estado”, advirtió la ministra Bullrich, también ayer en rueda de prensa.
Para Patricia Bullrich, “fue una marcha organizada por patotas (pandillas), por barrabravas (hinchas violentos), por agrupaciones de izquierda violentas. Por distintos sectores que buscan la desestabilización total y absoluta de nuestro gobierno”.
Por su lado, Francos indicó que los integrantes de la marcha eran grupos de la política que intentaron “desestabilizar al gobierno”.
A su vez, la Confederación General del Trabajo (CGT), la mayor central sindical de Argentina, lanzó ayer una propuesta para convocar a una huelga general contra el gobierno de Milei.