
Glen Powell finalmente ha salido al paso de la versión que su exnovia, Gigi Paris, expuso en una entrevista de junio. El actor confesó que en toda separación existen múltiples puntos de vista, y que cada quien «tiene su propia narrativa». Powell expresó que «tendrá siempre nada más que amor y respeto» hacia ella, un mensaje que busca poner en valor la madurez y empatía tras un fin amoroso público.
Hace más de un año, en junio de 2025, Paris compartió su dolor en un podcast. Relató sentirse “destrozada” y “como comida para los perros”, tras enterarse de rumores de una química con su coprotagonista Sydney Sweeney. Esa situación —unida a comentarios confusos, falta de respaldo público y la sensación de haber sido ignorada— la llevó a distanciarse emocionalmente y tomar una decisión difícil por su dignidad.
Contexto de la ruptura
La separación tuvo lugar en abril de 2024, después de más de tres años juntos. Las tensiones habían comenzado antes, en parte a causa de las extensas grabaciones y distancia. Al llegar la prensa, la superposición entre trabajo y vida personal terminó por colapsar su vínculo.
Gigi señaló que enfrentó una decisión: ignorar su malestar para no alimentar rumores o alzarse con su voz, a pesar del costo emocional. Aquella llamada en que Powell le pidió que no viajara al set en Australia habría sido el punto de quiebre. Ella remató con: “Solo quería respeto… que alguien defendiera lo básico, como decir: ‘Nunca engañaría a quien amo’”.
La otra mirada de Powell
Powell, por su parte, reconoció la dificultad de esa etapa y subrayó que «las relaciones son realmente difíciles»; cada parte construye su relato. Asimismo, reveló que su mentor Tom Cruise le aconsejó: “cuando las cosas explotan, tenes el control del volumen, podés apagar el ruido”, lema que lo ayudó a manejar la presión mediática.
Aunque él y Sydney Sweeney negaron un romance fuera de lo profesional—ahora ambos admiten que utilizaron su quimica como estrategia de promoción de la película— para Paris eso fue precisamente lo que le causó el daño emocional. Para ella, el gesto profesional se convirtió en una herida personal profunda.