
17 JULIO 2025- INTERNACIONAL- Valery Gergiev, uno de los directores de orquesta más célebres de Rusia y amigo cercano de Vladímir Putin, ha causado revuelo internacional al ser invitado a presentarse nuevamente en Europa, específicamente en la región de Campania, al sur de Italia. Este concierto, previsto como parte del festival Un’Estate da RE, se produce a pesar del prolongado veto que mantenían varios países europeos sobre artistas vinculados al Kremlin desde la invasión de Ucrania en 2022.
La decisión ha generado una intensa controversia. Vincenzo De Luca, gobernador de Campania, defendió la participación de Gergiev argumentando que “la cultura no debe estar influenciada por la política”. Para De Luca, se trata de una celebración artística, no de un respaldo político. Sin embargo, estas declaraciones han sido fuertemente criticadas por eurodiputados y activistas que consideran que invitar a Gergiev es validar el uso de la cultura como instrumento de propaganda rusa.

La eurodiputada Pina Picierno, originaria de Campania, fue tajante al calificar esta invitación como “absolutamente inaceptable” y señaló que Gergiev “es un altavoz cultural del régimen de Putin”. A su crítica se sumó Oleksandra Matviichuk, Nobel de la Paz y activista ucraniana, quien acusó a las autoridades italianas de actuar con hipocresía. También la Fundación Anticorrupción de Alexéi Navalni pidió que se impida el ingreso del director a Italia por su rol simbólico en la maquinaria de propaganda del Kremlin.
La polémica se agrava al conocerse que Gergiev no solo ha evitado condenar la guerra, sino que en el pasado ha respaldado públicamente acciones del gobierno ruso, incluida la anexión ilegal de Crimea. Fue removido de múltiples cargos y festivales tras negarse a hablar contra la invasión. Incluso su representante lo abandonó, y sus propiedades no declaradas en Italia han despertado sospechas sobre el origen de su fortuna.

A pesar de la presión internacional, Gergiev no ha sido sancionado formalmente por la Unión Europea. Esto ha abierto un vacío legal que permite a gobiernos locales tomar decisiones controvertidas como esta. Mientras tanto, países como Canadá ya prohibieron su entrada y congelaron sus bienes, estableciendo una postura más firme frente al vínculo entre arte y política. La situación plantea un debate necesario sobre si figuras que representan a regímenes agresores deben tener espacio en escenarios internacionales.
El Ministerio de Cultura de Italia, que financia el festival, no ha emitido una postura clara. Mientras tanto, la actuación de Gergiev sigue confirmada. Esta controversia llega justo en la semana en que líderes europeos se reúnen en Italia para reafirmar su compromiso con Ucrania. La pregunta que queda en el aire es si este tipo de gestos culturales no minan, en silencio, los esfuerzos diplomáticos de toda una región.
