
Jóvenes de la generación Z, menores de 30 años, volvieron a salir a las calles de Perú en protesta, esta vez influenciados por la icónica calavera con sombrero de paja del anime japonés ‘One Piece’, símbolo que también identificó las manifestaciones en Nepal.
Las movilizaciones se registraron principalmente en Lima y surgieron en repudio a una polémica reforma de pensiones que limitaba a los menores de 40 años a retirar solo el 95,5 % de su fondo al jubilarse. A pesar de que el Gobierno de Dina Boluarte y el Congreso se retractaron y aprobaron el octavo retiro de los fondos de las AFP, los jóvenes mantuvieron la convocatoria, enfrentando un fuerte despliegue policial.
Según medios locales, hasta 5.000 efectivos policiales se desplegaron en el centro de Lima, concentrándose en la icónica plaza San Martín, espacio neurálgico de las manifestaciones. Al menos ocho personas resultaron heridas por balas de perdigón y contacto con bombas lacrimógenas.
Asimismo, se reportó que 17 periodistas sufrieron agresiones durante la cobertura de las protestas. La presidenta de la Asociación Nacional de Periodistas del Perú, Zuliana Lainez, indicó que los ataques incluyeron disparos de perdigón, robo de teléfonos y bloqueo de equipos. Uno de los afectados, el periodista Diego Quispe, relató en redes sociales que recibió tres perdigones mientras grababa: dos en la espalda y uno en el brazo.
La Policía Nacional difundió un video el domingo mostrando cómo un grupo de manifestantes agredía a un agente en el piso, calificando los actos como violencia y no protesta. Otro video publicado el lunes mostró a un hombre, identificado como Samuel Rodríguez Villa, de 21 años, pateando a un oficial; el joven ya fue detenido.
Estas protestas reflejan la creciente influencia de la generación Z en América Latina y cómo símbolos culturales como ‘One Piece’ se han convertido en herramientas de movilización social, aun frente a la represión y el despliegue policial masivo.