BRASILIA (EFE).— Los presidentes de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, y China, Xi Jinping, afinaron ayer en una reunión sus posiciones frente al impacto comercial que pudieran tener el futuro Gobierno de Donald Trump y la creciente influencia del magnate Elon Musk en el mundo de la tecnología.
Lula recibió a Xi en Brasilia para una reunión de trabajo tras la cumbre del G20 y, aunque en sus discursos no hubo alusiones directas al presidente electo de Estados Unidos ni al magnate sudafricano, la preocupación que generan se reflejó en algunos de los 37 acuerdos firmados y en las entrelíneas de sus declaraciones.
Ambos enfatizaron el papel de China como mayor socio comercial de Brasil y, en el plano global, abogaron por recuperar la influencia de la Organización Mundial del Comercio (OMC), que fue precisamente desgastada durante el primer mandato de Trump, quien promete ahora una nueva ola de proteccionismo, sobre todo en relación al gigante asiático.
Asimismo, renovaron sus llamamientos a la paz en Ucrania y Oriente Medio y su defensa del multilateralismo, que también muchos ven amenazado por el regreso del líder republicano al poder en Estados Unidos.
Lula y Xi, además, elevaron al estatus de “comunidad” el tratado de asociación estratégica en vigor entre ambos países desde 2012, lo cual promoverá una mayor cooperación en todos los ámbitos económicos y políticos.
Aunque Brasil se resiste a sumarse a la Nueva Ruta de la Seda, el gran proyecto de infraestructuras promovido por China, sí se acordó que el gigante asiático estudiará su participación financiera en las llamadas “rutas de la integración”, una gran red de carreteras que promueve el Gobierno de Lula en Sudamérica.
Desafío chino
Uno de los convenios refrendados este miércoles establece marcos de cooperación entre Brasil y la empresa china SpaceSail, que desarrolla un sistema de internet con satélites de baja órbita aún no plenamente operativo pero que puede estarlo en unos tres o cuatro años.
Ese acuerdo fue interpretado como un futuro desafío comercial a Starlink, empresa de internet satelital de Musk con unas 215,000 líneas activas en Brasil.
El Gobierno de Lula tiene una difícil relación con Musk, quien ha pasado a ser un referente de la ultraderecha y enfrenta problemas en la Justicia brasileña, que llegó a bloquear el servicio de la red social X.
El 20 de enero, cuando Trump asumirá el poder, Musk pasará a ser responsable del nuevo Departamento de Eficiencia Gubernamental de Estados Unidos, con lo que sumará influencia política a su ya enorme poder económico.
La mayoría de los acuerdos firmados este miércoles tienen una clara veta comercial y apuntan a una mayor apertura de mercados, sobre todo para los productos brasileños en el gigante asiático.
Xi destacó que la cooperación entre Brasil y China puede augurar “un futuro dorado para los próximos 50 años” y subrayó que, más allá de lo comercial, ambos países han decidido continuar trabajando por “el fortalecimiento del Sur Global” y en la necesidad de garantizar la soberanía alimentaria en el mundo en desarrollo.
China es el mayor socio comercial de Brasil y los intercambios han alcanzado en 2023 un récord de 157,500 millones de dólares.
El ritmo esperado
Este año, el comercio bilateral mantiene el ritmo y, entre enero y octubre pasados, ha sumado 136,300 millones de dólares. China es el mayor socio comercial de Brasil, con intercambios que han alcanzado los 157,500 millones durante el año pasado.